fbpx
A un año de “Ricky renuncia”
Tu Voz

A un año de “Ricky renuncia”

Por: Howard Caro López

La intención original al escribir esta columna era para conmemorar el anuncio de renuncia del ahora ex-gobernador Ricardo Rosselló, a raíz de las manifestaciones multitudinarias del pueblo puertorriqueño en respuesta a la controversia del “Chat Gate” donde salieron a relucir textos incriminantes del entonces gobernador. Ahora con las revelaciones del referido de Wanda Vázquez al Fiscal Especial Independiente (FEI) por parte de la entonces Secretaria de Justicia Denise Longo por irregularidades en la repartición de ayudas tras el terremoto a solo horas antes de que se le solicitara su renuncia, parece apto hacer una reflexión sobre la condición social y política de Puerto Rico a un año de “Ricky Renuncia”.

Las manifestaciones multitudinarias del verano del 2019 fueron, de carácter objetivo, exitosas en su fin inmediato de sacar del poder a Ricardo Rosselló, quien hasta ese punto fue objeto de crítica por alegatos de corrupción dentro de su gabinete, al igual que por la respuesta de su administración al huracán MarÍa. Ese resultado inesperado y sin precedente en Puerto Rico, que se debió en gran medida a la unión de varios sectores del pueblo incluyendo figuras públicas como Ricky Martin y Bad Bunny, dejó a muchos con la impresión de que se avecinaba una nueva coyuntura histórica.  Partícipes de las manifestaciones con los que tuve la oportunidad de conversar informalmente anticiparon una transformación si no del sistema político entero, al menos marcaría el fin del monopolio electoral del Partido Popular Democratico (PPD) y el Partido Nuevo Progresista (PNP) y la oportunidad de nuevas alternativas para dirigir el pueblo.  Un nuevo amanecer para nuestro pueblo.

Las recientes revelaciones contra la Gobernadora actual han inspirado algunas manifestaciones exigiendo su renuncia, que da evidencia al descontento del status quo que aún prevalece para muchos puertorriqueños. Sin embargo, el cambio que muchos anticiparon en el 2019 es aún incierto. ¿A qué se debe esto?  

Hay ciertos factores obvios para todos, dado el rumbo que ha tomado la primera mitad del 2020: los sismos catastróficos en la parte suroeste de Puerto Rico, y los estragos causados por la pandemia del COVID-19. Ciertamente muchas personas han tenido que enfocarse en la seguridad inmediata en vista de estas crisis consecutivas. Mas sin embargo, como hemos visto en los EEUU y otros países, aun en medio de la pandemia las movilizaciones en masa abogando por justicia racial y en contra de la brutalidad policíaca.  

Estudios sociológicos sobre el fenómeno de los movimientos sociales, o los procesos de cambio societal colectivos a base de metas compartidas, nos ayudan a entender con más detalle los factores como movilizaciones en masa logran el cambio al cual aspiran.  El elemento fundamental de los movimientos sociales exitosos, según han demostrado estos estudios, es la capacidad de estos de canalizar y sostener la pasión que lleva la gente a manifestarse. No basta con solo el desahogo y la expresión emocional que exige cambio, sino también saber a que se aspira, como se diferencia de lo existente, y el trabajo necesario para hacer algo real de esa aspiración colectiva.

Si bien las manifestaciones de Ricky Renuncia revelaron un deseo colectivo de cambio de una política deficiente y sin sentido de responsabilidad al pueblo, aún no hemos visto una visión de cambio que hace un contraste con lo existente. ¿A qué tipo de cultura civica y polÍtica queremos poner en lugar del actual?  Este es quizás la obra más importante que falta por hacer, y una cuya responsabilidad le corresponde no a los políticos profesionales o incluso los autodeterminados expertos, sino a nosotros como miembros de nuestras comunidades y del pueblo puertorriqueno.  Nos toca tener valor para creer en nuestra propia capacidad para cambiar y mejorar.

Eso dicho, tampoco debemos ser ingenuos en pensar que el cambio social se da solo con ganas. El camino se hace al andar, como dijo el poeta Antonio Machado.  Los movimientos sociales exitosos, como la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos en los 1960, lograron cambio no solo con una visión de igualdad, sino tambien metas concretas de como lograr esa igualdad: eliminando la segregación racial; protegiendo el derecho al voto para todos; prohibiendo la discriminacion laboral y educacional.  ¿Que seria esa alternativa concreta para Puerto Rico? ¿Como se obra para lograr esos cambios concretos necesarios? Son esas las preguntas necesarias que nos corresponde hacernos.

Por último, los cambios sociales son oportunistas, enfocándose en las oportunidades que existen en un momento dado. La respuesta del gobierno al huracán María, junto con el Chat Gate, dieron una avenida para que el descontento popular se desembocara en las manifestaciones del verano del 2019.  Si bien es cierto que el 2020, ha sido uno lleno de enormes retos, las elecciones, la recuperación de las comunidades afectadas por el terremoto e incluso la misma pandemia del COVID-19 nos brindan oportunidades para imaginar otro tipo de cultura cívica y política para nuestro pueblo. 

Mi meta con compartir esta perspectiva sociológica sobre las protestas del 2019 no es de imponer mi visión particular de cambio o de lamentar la falta de cambio se vislumbraba en ese momento histórico, sino de aclarar que aunque no lo parece, aún estamos en una coyuntura donde el cambio es posible para los que se unieron al llamado colectivo del pueblo para una política nueva.  Lo esencial es entender que el cambio colectivo es un proceso que toma tiempo, visión y esmero de muchos.  El cambio se logra con poder colectivo, sea en tu comunidad, pueblo o para la isla entera.  Tomemos este momento para reflexionar sobre nuestros lazos sociales y ver la capacidad colectiva que tenemos para obrar juntos por el cambio que quisiéramos ver.