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Mientras el país tiene necesidades apremiantes como insuficiencia alimentaria, pobreza y alta incidencia criminal, el gobierno de Puerto Rico sigue sin identificar un logro resultado de la gestión de los cabilderos congresionales. Por el contrario, cada día son más las controversias que ocurren dentro de este grupo que promueve la estadidad ante el Congreso de los Estados Unidos (EEUU).
Desde el punto de vista de comunicación, una vez más el gobierno ofrece mensajes contradictorios entre lo que dice y hace. Primero, el gobierno del PNP aprobó la Ley 51-2020, conocida como Ley para la decisión final del estatus en Puerto Rico. En su artículo 4.2 establece que: “en caso de la Estadidad Si resultar la alternativa mayoritaria, deberá comenzar de inmediato un proceso de transición para la admisión de PR como estado de la Unión. Este proceso de transición deberá implementarse en el menor tiempo posible y no más tarde de un año a partir del 3 de noviembre”. Sobre este artículo tres cosas ocurrieron: ganó la Estadidad Si, no inició el proceso de transición para la admisión a la unión y finalizó el término de un año para la implementación. A esto se suma la creación de una elección para escoger los cabilderos de la estadidad.
En resumen, la ley es fútil porque ni la asamblea legislativa ni el gobierno ordena al congreso de los EEUU. Los cabilderos tampoco tienen poder sobre las posturas de los congresistas y cinco meses después de la elección de estos el gobierno no presenta un logro alcanzado. Sin embargo, sus salarios son pagados con fondos públicos del gobierno de PR.
Mientras esto ocurre, hay cientos de familias que tienen una sola comida al día, seis municipios viven en pobreza extrema, el Distrito de Arecibo es el de mayor insuficiencia alimentaria y la incidencia criminal aumenta. La respuesta del gobierno ante estos escenarios es que carece de los recursos económicos para implementar políticas que reduzcan la realidad con la cual lidian miles de familias en la isla.
El gobierno tiene que ser consistente entre lo que dice y hace. En su primer mensaje ante la Asamblea Legislativa el gobernador Pierluisi dijo que pondría la acción en su palabra. Esto fue así cuando analizamos sus posturas con relación a las funciones de los cabilderos congresionales, sin embargo, su discurso se aleja de atender las necesidades del pueblo.
La opinión pública sobre la imagen del gobierno lleva años lacerada independientemente del partido en el poder. Esto refuerza más la necesidad de ser cónsonos a la hora de comunicar,se debe hacer lo que se dice. Al reflexionar sobre los cabilderos debemos preguntarnos ¿Cuál es su verdadera función y cómo ésta beneficia al país?, ¿Es necesario destinar fondos públicos para el pago de sus salarios y gastos? Mientras, miles se acostarán hoy sin comer, otros continuarán en pobreza y la criminalidad cobrará vidas. Lo que se dice y hace tiene que guardar armonía, solo así se logra un mensaje veraz y transparente.