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Por: Aracelys Otero Torres / Relacionista Lic R 53
Recientemente, Puerto Rico vivió el traslado de especies del zoológico de Mayagüez debido a la inacción del gobierno en conservar este lugar icónico. El cierre se suma a otros que incluyen parques y centros vacacionales.
Un espacio que por décadas contó con especies de todos los continentes y que fue el lugar ideal para las familias compartir, en especial en la época de verano, cerró operaciones bajo serias denuncias. Fue en los cincuenta cuando se estrenó el Zoológico de Mayagüez Dr. Juan A. Rivero. Desde ese entonces, el lugar cumplió dos fines principales: entretener y educar. Sin embargo, durante el pasar de los años el país fue testigo de la dejadez y la falta de fondos para mantener las instalaciones y las especies en óptimas condiciones. Igual suerte tuvieron otros parques y centros vacacionales.
Varios fueron los intentos en ofrecer mayores alternativas a los visitantes. En 2003 se incorporó un lugar para mariposas y una exhibición de artrópodos. En 2008, llegaron dos nuevas jirafas. Bajo la administración del exgobernador Alejandro García Padilla, el zoológico se seleccionó para realizar la Fiesta de Reyes de La Fortaleza. Miles se dieron cita para compartir en familia y disfrutar el ofrecimiento del lugar.
A pesar de los esfuerzos descritos, el zoológico siempre estuvo inmerso en controversias sobre el manejo de los animales. Fueron múltiples las ocasiones en las que grupos a favor o en contra se enfrentaron con sus respectivos reclamos y soluciones. Unos solicitan la permanencia y otros el cierre. Todos sabemos el resultado.
Igual suerte tuvieron los Centros Vacacionales de Boquerón, Arroyo y Humacao. El primero fue por años uno de los más frecuentados por los puertorriqueños y todos cerraron. El parque de Las Cavernas del Río Camuy, hoy día, trata de sobrevivir para mantenerse abierto al público.Estos lugares, diseñados para ser accesibles a las familias fueron víctimas de las decisiones del gobierno.
La falta de asignaciones presupuestarias, falta de recursos y controversias resultaron en el cierre. Estas evidencian que el gobierno permite dos cosas. Una, dejar que se deteriore el lugar para que pase a manos de un privado y dos, dejan de invertir para justificar el cierre debido a la carencia de fondos para reconstruirlos y rehabilitarlos.
Me parece que debemos mirar fuera de nuestro 100 x 35. Observaremos como en otros países lugares similares a los descritos son atesorado y respetados. Estos se convierten en parte de su cultura e idiosincrasia. Es responsabilidad del gobierno garantizar rescatar y preservar los espacios que quedan para el disfrute de las comunidades. Hacer de ellos patrimonios de nuestro país. La rueda está inventada así que basta con mirar más allá para descubrir un mundo de posibilidades. Para ello la pieza fundamental es la voluntad. Contribuir para que los mismos pasen a manos de un privatizador o abandonarlos es la peor decisión que pueden tomar. Nos toca a todos como país defender nuestros espacios y promover la preservación de los mismos.