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Parte II: Los efectos de la crisis alimentaria y el aumento en la gasolina en el costo de vida actual
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Parte II: Los efectos de la crisis alimentaria y el aumento en la gasolina en el costo de vida actual

Por: Antonio Echevarría / Estudiante Universidad del Sagrado Corazón

El 80 por ciento de los alimentos que consumen los puertorriqueños son importados de otros países como Latino América, Estados Unidos, Europa y Asia. Sin embargo, con la inflación que se ha estado desarrollando y la decadencia en la distribución de productos alimenticios ha resultado en un incremento inusual en el precio de los artículos de primera necesidad en la isla. 

“Lo primero que debemos tener en consideración, sobre el incremento de los suministros, es que a nivel mundial, desde el año 2020, han ocurrido una serie de eventos donde los dos escenarios más influyentes  han sido la Pandemia del COVID-19 y ahora la guerra de Ucrania (guerra Ruso-Ucraniana)”, declaró el presidente de la Puerto Rico Farm Bureau (PRFB, por sus siglas en inglés), Héctor I. Cordero Toledo. 

Los cierres ocasionados por las medidas tomadas para combatir el COVID-19 paralizaron en su totalidad muchas actividades del ambiente laboral, causando un estrago en la economía mundial, la cual incluye a Puerto Rico. Igualmente, la impresión del dólar estadounidense ha disminuido el valor de su utilización, añadiendo al problema del aumento del precio de muchos productos, como las carnes y los lácteos. 

“Este conflicto ha creado una crisis alimentaria partiendo de una especulación, pero los efectos verdaderos que esta situación bélica pueda ofrecer no se van a ver quizás hasta el año que viene (2023), ya que los productos almacenados que se iban a estar consumiendo durante el 2022 corresponden a la cosecha del 2021”, añadió. 

Por su parte, el presidente de la PRFB  definió la crisis alimentaria, como especulativa.  “El desespero desmedido del consumidor es  lo que ocasiona a que salga a comprar grandes cantidades (de productos) por el posible pensamiento de que la comida se vaya a acabar. Esto ocasiona una alta demanda en los productos que se ven en peligro de agotarse, por lo que esta estrategia tiene dos riesgos”, reiteró. 

“El primer riesgo es que los productos, por más preservados que los vayas a tener, se van a dañar. Lo otro es que, en algún momento, te vas a quedar sin ellos, por lo que ese impulso de salir a comprar compulsivamente  y  llenar los cuartos de comida ocasiona un disloque en la cadena de suministros”, mencionó. 

Posibles Sacrificios 

Desafortunadamente, para los agricultores, el aumento del costo de la gasolina contribuye en el incremento de los precios en los productos comestibles. Esto se debe a que las máquinas y  herramientas utilizadas por estos trabajadores tienen un rol esencial en la eficiencia,  productividad y distribución de la mercancía agrícola.

“De los combustibles, el más importante para la industria de alimentos es el diésel. Por lo menos aquí en Puerto Rico ha estado entre 15 a 25 centavos por debajo del precio de la gasolina regular. incluyó. 

Respectivamente, a causa de estos aumentos, el presidente de la PRFB pronostica que en el futuro, algunas personas, como “el trabajador del día a día”, van a tener la incómoda decisión de hacer ajustes “en la adquisición de su canasta básica de alimentos”.  

Por ejemplo, Cordero Toledo, argumentó que “Si vas al cine, vas a tener que considerar la taquilla o una bolsita de arroz, o si te ibas a janguear los fines de semana, vas a tener que considerar la chuleta o el ‘steak’ versus la fiesta”.

Para concluir,  el presidente de la PRFB señaló que, contrario a otros países con tasas notables de pobreza, Puerto Rico cuenta con el beneficio del Programa de Asistencia Nutricional (PAN). “Mientras el Tío Sam (los Estados Unidos) mande los cupones de alimento,  va a haber poder adquisitivo, aunque sea uno artificial. Por otro lado, tienes que tener en cuenta de que el PAN en Puerto Rico, a diferencia de como corre en otros territorios, es un programa que es una asignación de bloques y lamentablemente los bloques que habían para Puerto Rico ya se agotaron, lo que significa que si no se consigue una inyección de mil millones de dólares para el programa, el que estaba acostumbrado a ver que su cheque llegará de 200 dólares , le va a llegar de 175 a 150”, puntualizó.