|
La transición del gobierno municipal en Arecibo fue tan deficiente por parte de la administración saliente de Carlos Molina, que con el paso de los meses han ido descubriéndose documentos e información que apuntan a un grave disloque entre lo que se informaba en las vistas de transición y lo que realmente existía a nivel administrativo. Tal es el caso de los fondos recibidos por parte de las aseguradoras luego de las reclamaciones realizadas por los daños causados por el huracán María.
Para el alcalde Carlos ‘Tito’ Ramírez Irizarry, lo más preocupante es que la documentación oficial presenta que la pasada administración recibió $5 millones por las diversas reclamaciones, y en caja solamente hay $400,000, según se conoce al momento por la investigación que se realiza en estos momentos. “El destino de esos $4.6 millones es la gran pregunta que todos los arecibeños tienen que hacerse. La contestación la tiene que producir Carlos Molina”, señaló el alcalde. “De hecho, aquí en el Municipio de Arecibo ni siquiera existía una Oficina de Planificación. Hemos tenido que levantarla desde cero”.
La información fue divulgada ayer domingo, en vísperas del cuarto aniversario del paso del Huracán María, por medio de una entrevista que el alcalde Ramírez Irizarry concedió a un medio televisivo local (NotiCentro 4). La salida de Molina de la alcaldía en diciembre pasado estuvo plagada de controversias, particularmente al conocerse que cobró $69,000 por concepto de vacaciones acumuladas, tal como reclamó Jesús Anguita, coordinador de Prosol-Utier, sindicato que representa los empleados del municipio.
“Lo que nosotros encontramos aquí fue un verdadero desastre administrativo y financiero que tomará años en enderezar”, admitió el alcalde. Por ejemplo, en tan solo tres años, el exalcalde Molina duplicó el déficit fiscal, a la vez que firmaba contratos sin haber obligado el presupuesto para ellos. Aquí no se preparaban comprobantes de desembolsos ni se registraban los cheques emitidos en algunas cuentas, entre otros señalamientos revelados por una auditoría de la Oficina del Contralor. Para el año fiscal 2016-2017, la deficiencia acumulada fue de $12,918,835.
“Es importante que la gente sepa que en los ocho años de Carlos Molina nunca se hizo un inventario de la propiedad. El último inventario de propiedad fue en el 2011, según halló la auditoría del Contralor. Si eso era con el inventario existente, imagínense lo que pasó con los $4.6 millones que faltan del pago de las aseguradoras”, finalizó el alcalde.