Por: Lcdo. Gerardo A. Cruz Maldonado
En la columna anterior, invitamos al lector a echar una mirada sobre el comportamiento de los electores del PNP en las últimas primarias y como se ha registrado una reducción en la participación en los votantes del “corazón del rollo” en esos eventos. Eso no significa que el PPD tiene una victoria en sus manos pues, aun así, el PNP sigue siendo un partido más grande.
El partido que fundó Muñoz Marín en el 1938 nunca ha tenido una primaria para escoger su candidato a la gobernación. Lo mas cerca que tuvimos de ese proceso fue una primaria interna en el 1994 para seleccionar al presidente del PPD que indirectamente se convertiría en el candidato oficial de la pava en las elecciones de 1996.
Por lo tanto, el evento de mayor participación en una primaria estatal conforme a la ley la celebramos en el 1999 cuando se enfrentaron Aníbal Acevedo Vilá y José Alfredo Hernández Mayoral para la candidatura a comisionado residente. En aquella ocasión 508,594 electores populares para un .53% del voto íntegro salieron a votar. La primaria de 1980 para esa misma candidatura apenas movilizó cerca de 100 mil votos.
Las candidaturas estatales de mayor envergadura, antes y después a esa primaria han sido las de legisladores por acumulación. Desde entonces, la participación electoral en una primaria estatal del Partido Popular va desde un .35% en las primarias del 2008 con 279,789 electores, hasta un .18% con 161, 602 electores en la del 2016. A pesar de esa baja participación primarista, el PPD ha podido vencer en tres de los últimos cinco eventos electorales.
Una razón para una baja participación primarista popular es que tiene alcaldes que han solidificado su poder y no son retados para esos eventos. Desde las elecciones generales del 2000, los alcaldes populares han sido mayoría en tres ocasiones incluyendo en las dos últimas elecciones consecutivas, aun cuando en el 2016 el PPD perdió la gobernación y la mayoría en la legislatura. Hay quienes piensan que eso puede ser producto de una “ola” electoral o el resultado del voto mixto por el buen desempeño de éstos. Pues la realidad es que ni una cosa ni la otra. Veamos.
En una elección adversa como lo fue la del 2016, los votos acumulados por los 45 alcaldes populares sumaron 530,717 votos. En esos mismos municipios, David Bernier obtuvo solo 372,269, para una diferencia de 158,448. Por cierto, que los candidatos independientes obtuvieron en esos mismos municipios populares 153 mil votos. El voto mixto en la papeleta municipal para todo Puerto Rico apenas representó un .03%, lo que no fue una gran ayuda, pero ellos supieron resistir la ola en contra del PPD.
Si el PPD quiere crecer, esos alcaldes populares tienen el reto de mover la gente a votar en la primarias del 9 de agosto para presentar también una papeleta sólida estatal y legislativa.