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La estadidad: crónica electoral de una derrota anunciada
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La estadidad: crónica electoral de una derrota anunciada

Por: Lcdo. Gerardo Cruz Maldonado

El PNP vuelve con otra ley de estatus para motivar a su electorado.  Ahora, es un referéndum donde votarán “Estadidad sí” o “no”, sin tener que avalar otras fórmulas de estatus.  El PNP se encargó de definir el Estado Libre Asociado (ELA) a los populares en las consultas de 1998, 2012 y 2017, y nunca logró un resultado contundente en pro de la estadidad.

Cuando incluimos el ELA en una papeleta electoral, esa opción le gana cómodamente a la estadidad. En el 1998 se intentó dividir el pensamiento estadolibrista con dos definiciones asociadas a los autonomistas, el PPD optó por defender la quinta columna y derrotó la estadidad.

Lo más absurdo ocurre con el recuento inexacto plasmado en la exposición de la ley, sobre lo ocurrido en el plebiscito del 2012 y 2017.  Recordemos, que en el 2012, la papeleta de estatus tenía dos preguntas: si el electorado avalaba o no “la actual condición territorial”.  Alejandro García Padilla, era el candidato a la gobernación del Partido Popular Democrático (PPD) y solicitó a los populares que votaran “sí” en la primera pregunta y la otra la dejaran en blanco.  El “NO”, sacó 970,910 votos y el “SI”, recibió 828,077.  Una diferencia de 142,833 a favor del “junte” estadista-independentista del país. En la segunda pregunta, la estadidad obtuvo 834,191 votos, 136,719 menos que en la primera pregunta, retratando de frente a los independentistas que votaron junto al PNP para derrotar la condición territorial.  

El Partido Nuevo Progresista (PNP) sabe que no puede poner el ELA a competir y por segunda vez cambia su nombre en la papeleta.  Lo llamó “ELA Soberano”.  Esa opción obtuvo 454,768 impulsados por el llamado de Aníbal Acevedo Vilá y otros sectores del autonomismo, bajo la teoría que no se podía dejar la “estadidad” sola. El PNP no esperaba que 498,604 electores, que votaron en la primera pregunta, dejaran en blanco la segunda.  Cuando sumamos los votos en blanco y el de los populares que respondieron al llamado de Aníbal (ambos del PPD) derrotaron la estadidad, fácil y sin del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), por 139,181 votos.  

Los congresistas, conocedores del proceso de votación y sus interioridades, porque son electos mediante votación, ignoraron los resultados de la alegada victoria estadista.

En el plebiscito de 2017 les fue peor.  Inventaron una tercera definición del ELA:  Libre Asociación/ Independencia.   Los partidos de oposición llaman al boicot y el PNP derrotó su propia estadidad al sacar 325,329 votos menos, que hacía cinco años, con solo un .23% de participación electoral, la más baja en la historia de los plebiscitos en Puerto Rico desde 1967. Los congresistas tampoco hicieron caso a esos resultados.  Los proyectos de estatus de la comisionada Jennifer González pasaron a mejor vida. 

Con esta cronología electoral de fácil corroboración, estén convencidos que nadie espera por los pasillos del Congreso los resultados del próximo plebiscito.  El PNP solo interesa coger de “bobos con “p” a un par de miles de los suyos para evitar una derrota aplastante el 3 de noviembre.