Como globos llenos de aire en una fiesta de payasos, las teorías económicas también están presentes durante la crisis del COVID 19. Teorías que los políticos y medios emplean para controlar y manipular la economía y el pensamiento colectivo.
Para hablar del socialismo, capitalismo y otras teorías económicas, debo mencionar a los más conocidos papás de los pollitos: Karl Marx y Federico Engels. Estas dos figuras fueron las que definieron que los trabajadores intercambiaran su tiempo para crear un producto u ofrecer algún servicio a cambio de un salario. De esta forma, mientras más el trabajador trabaje, más productos se producen y más dinero se genera para el dueño del negocio. La persona que controle el negocio, distribución o producto es el capitalista. Por ende, la economía capital puede crear una explotación laboral donde la producción es más importante que la vida y para prevenir la explotación laboral, Marx y Engels dicen que es necesario una economía social.
Marx y Engels también distinguieron, entre otros términos, la economía capital y social. El capitalismo es el sistema económico donde las empresas privadas definen, manejan o controlan la producción, distribución y el precio de las cosas producidas por los trabajadores. Al contrario, el socialismo es un sistema económico donde la producción, distribución y el precio de las cosas producidas por los trabajadores son definidas, manejadas o controladas por los trabajadores o el gobierno.
Sin embargo, existen otras escuelas de pensamiento económico. Por ejemplo, Milton Friedman fue la persona que sembró la idea del “mercado libre capital”. Esta teoría sugiere que la económica sólo florecerá cuando las empresas privadas se auto regulen. Mientras menos regulaciones gubernamentales locales y mundiales, en fin, menos intervención del gobierno, mejor el mercado económico será para todos los consumidores. Sus teorías son conocidas porque favorecen la privatización de todas empresas gubernamentales, anulación de todo apoyo social y la total desregulación comercial en la creación y distribución de la producción generada por los trabajadores.
En estos tiempos, el COVID 19, así como la revolución industrial donde Marx y Engels desarrollaron sus teorías económicas, ha desnudado las deficiencias del sistema económico mundial. Por ejemplo, el vicegobernador de Texas, como publicó el “USA Today”, sugirió que los ancianos deberían morir para mantener la economía. Ósea, morir para mantener la producción de capital en momentos donde hacerlo es literalmente enfermizo. En otras palabras, morir por las compañías privadas que pagan un salario.
Muy pocas compañías privadas, como publicó Político, están protegiendo a los trabajadores que intercambian su tiempo por un salario. Para qué proteger a los trabajadores cuando esto es un gasto de dinero y para que gastar si los trabajadores son remplazables y como definen Marx y Engels, explotables.
Los EE.UU, como publicó el New York Times, tampoco tienen suficiente producción doméstica de nasobucos, porque dentro de las teorías de libre mercado, las compañías privadas migran a producir donde los trabajadores trabajen más por menos y China produce el 80 por ciento de estos productos.
El Congreso y el Presidente de Estados Unidos (EE.UU) acaban de aprobar una ley llamada “Families First Coronavirus Response Act”. Aquí el Gobierno interviene en la discreción de las compañías privadas y en la producción de capital ordenando a éstas a pagar días por enfermedad a los trabajadores que sean afectados por COVID 19. Esta ley, también, controla los precios de pruebas de coronavirus, ya que prohíbe el cobro de una prueba mientras dure la pandemia. Así como definieron Marx y Engels, esto es una ley socialista, ya que el gobierno está controlando los precios, distribución y la discreción de las compañías privadas.
Si has leído hasta aquí, falta poco.
Ahora bien, como explica Marx y Engels, la creación, producción y distribución generadas bajo el sistema económico capital, explota a los trabajadores y habré las puertas al oportunismo presentado por COVID 19. Estos oportunismos se presentan en:
Los Bancos reposeerán las propiedades cuando los deudores no puedan pagar, ya que el COVID 19 les impidió trabajar y por ende cobrar.
Las compañías privadas aumentarán el precio de sus productos que están en total demanda por el COVID 19. Esto incluye los medicamentos y hasta el papel de baño.
El gobierno que subsidia los gastos corporativos de bancos e industrias multinacionales mientras excluyen la tienda del pueblo.
Las compañías privadas harán todo lo posible para que su producción sea lucrativa mientras los trabajadores sigan enfermándose por el COVID 19.
Personas afectadas por el COVID 19, según publicado por el “Business Insider”, tendrán que pagar miles de dólares en gastos médicos. Para alguien sin seguro médico el gasto podría ser entre 40 y 70 mil dólares.
La reflexión, fue protestando por mejores condiciones de trabajo que los empleados pudieran lograr que las compañías privadas ofrezcan, por ejemplo, vacaciones y días de enfermedad y maternidad-paternidad pagados, y el gobierno ofrezca Seguro Social y Medicare-Medicaid.
Será protestando que los trabajadores podrán combatir la explotación laboral, el descarado aumento del precio de los productos y la reposesión bancaria de la propiedad privada en momentos de crisis mundial.
Por los trabajadores, por la vida; sin trabajadores no hay economía. ¡A levantarse les digo!