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Por: Aracelys Otero Torres / Relacionista Lic R53
De cara al ciclo electoral urge que los partidos políticos evalúen los diferentes sistemas del gobierno con el fin de lograr una reingeniería de estos, en especial de aquellos que brindan servicios a los ciudadanos. Aunque reconozco que somos una isla con las ventajas y limitaciones que esto tiene, soy fiel creyente de que la rueda está inventada. Basta echar un vistazo a cómo otros lugares hacen las cosas y cuán exitosas son para emularlas en la isla.
Cuando pensamos en el sistema de transporte colectivo, es una lástima que Puerto Rico carezca de un plan concertado y efectivo para el desplazamiento de las personas. Esto más aún cuando los datos estadísticos, como el CENSO, reflejan que cada día crece la población de adultos mayores. Muchos de los cuales están solos y tienen limitados los recursos para desplazarse de un lugar a otro.
El gobierno que salga favorecido en el proceso electoral debe considerar implementar un sistema de transporte colectivo a nivel isla. Viajar a otros países tan cerca como Estados Unidos y tan lejos como Europa ponen de manifiesto que lograr un sistema de transporte colectivo es posible. Sistemas que se complementan entre trenes, autobuses y otros son evidencia de que Puerto Rico también tiene la capacidad para lograr un sistema que permita a los ciudadanos moverse de un lugar a otro de manera rápida y segura.
Las personas recuerdan la conocida Motor Coach la cual viajaba de Mayagüez a San Juan y permitía que las personas se desplazaran entre ambos puntos. Hoy día, solo una parte del área metropolitana cuenta con el tren, el Tren Urbano y la Autoridad Metropolitana de Autobuses (AMA). A pesar de que estos se interconectan las quejas constantes se relacionan con el incumplimiento de horarios, la inestabilidad del sistema y la falta de confiabilidad, entre otros.
A nivel municipal vemos esfuerzos por parte de los gobiernos de establecer sistemas de transporte colectivo dentro de sus límites territoriales. Algunos cuentan con trolleys que se mueven entre los barrios del pueblo. Estos se caracterizan por rutas específicas que incluyen paradas en escuelas, centros comerciales, instituciones financieras y de salud. Todos con el fin de acercar los servicios a los ciudadanos.
Hoy más que nunca y ante los altos costos que conlleva mantener un vehículo de motor, la congestión vehícular, los altos costos en los peajes y el daño constante al medio ambiente, urge implementar un sistema de transporte colectivo que funcione. Un sistema que permite a las personas desplazarse desde diferentes puntos de la isla.
Una alternativa para iniciar pueden ser los municipios. Los mismos pueden hacer alianzas para establecer rutas que conecten un municipio con otro. De ahí, de forma paulatina, pueden aumentar las rutas y los pueblos a los cuales impactan. Estoy convencida de que los adultos mayores, los jóvenes y hasta los que laboran en diferentes sectores se beneficiarían. Es hora de mirar más allá y de adelantar proyectos que redunden en mejores oportunidades para todos.