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Tiempos de Fuego
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Tiempos de Fuego

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Por Dr. Howard Caro-Lopez

El planeta está que arde, literalmente.  Durante varias semanas Puerto Rico atraviesa una onda de calor intenso que va rompiendo marcas de temperatura propiciada por una combinación de los polvos del Sahara y una capa de  calor sobre el Mar Atlántico.  En algunos casos los índices de calor han llegado a sobre 110 grados en la costa atlántica de Puerto Rico-temperaturas que han puesto a prueba la red energética.  Para muchos no solo es una situación agobiante, sino también peligrosa para la salud.

A la misma vez, la región asiática donde está ubicado Vietnam, Laos, Camboya y Malasia han sufrido por un fenómeno climático similar, con las temperaturas superando los 120 grados por varios días corridos.  Y ahora en esta semana la costa atlántica de los Estados Unidos (EE.UU.) está envuelta en una capa de humo enorme causada por cientos de incendios forestales en Canadá que han sido arrastrados por las corrientes de viento hacia el sur, llegando hasta el área de Washington, D.C..  Todo esto a tan solo el principio del verano augura una temporada difícil para esta y otras partes del Mundo.

Para la mayoría de la comunidad científica y hoy en día la población en general estos fenómenos climatológicos intensos son aún más evidencia del cambio climático propiciado por la actividad humana desmedida. Sin embargo, la urgencia de mitigar las actividades que están catalizando el cambio climático (que debemos aclarar no solo se trata de calentamiento sino de fenómenos atmosféricos extremos) es poco visible dentro de gran parte de la clase política en muchas partes, incluyendo a Puerto Rico.

En Puerto Rico en particular, contrario a tomar una postura fuerte para mitigar los impactos, lo que vemos son líderes dentro de la fórmula bipartidista actual impulsar medidas que agravan la situación precaria en la que ya se encuentra el archipiélago. No hace falta abundar mucho sobre la política energética actual en Puerto Rico, que no solo ha resultado en servicio pésimo y cada vez más caro para el pueblo sino también unos incentivos perversos que nos mantienen atados a un sistema energético a base de combustibles fósiles. El efecto del mismo es devastador para Puerto Rico que nos embrolla en un ciclo vicioso. Con los calores intensos que se ven con más frecuencia y el aumento en actividad ciclónica más intensa, la demanda energética aumenta. Y a medida que el uso energético aumenta, con el sistema anticuado que tenemos aporta al cambio climático. Y a esto también podemos agregar las consecuencias de una red frágil, que cuando se cae por sobreuso o una tormenta, obliga a mucha gente a recurrir a plantas de gasolina. Muchos lectores se acordarán del impacto ambiental horrible de las plantas luego del huracán Maria.

Lo cierto es que una solución a la crisis del cambio climático requiere un esfuerzo colectivo a nivel mundial. Puerto Rico podría decidir de la noche a la mañana cambiar a energía renovable y conservación ambiental y aun así sentía los estragos del cambio climático sin esfuerzos similares a través del mundo entero. Pero no por eso deberíamos resignarnos a la dejadez, negligencia y avaricia de nuestros líderes actuales. Podemos tomar conciencia de los esfuerzos gestionados a nivel local en muchas partes de Puerto Rico para romper con el monopolio de LUMA y los desarrollistas.

Dichas gestiones se deben resaltar y apoyar, pero a la vez necesitan estar acompañados por cambios grandes en nuestra política publica.  Esto incluye una nueva política de planificación que la de prioridad al desarrollo sostenible y resiliencia ecológica. También requiere una política de infraestructura comprehensiva que reduce la dependencia en combustibles fósiles en la distribución energética y transportación.  Otra prioridad es la soberanía alimentaria, la cual no solo reduciría la urbanización desmedida sino también reduciría la necesidad de importar alimentos.  También una política de reducir la desigualdad económica es necesaria, para darle capacidad para que la gente puede consumir de una forma más sostenible. Por ultimo Puerto Rico necesita mayor presencia en foros internacionales, donde pueden abogar y colaborar con otros países para fomentar una política climática mas sana, y así avanzar nuestros intereses como pueblo.

Dados los estragos que los eventos climatológicos han causado en Puerto Rico en los últimos años, el cambio social es urgente. No podemos dejarnos consumir por el fuego.