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La mentira como estrategia política
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La mentira como estrategia política

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Por: Aracelys Otero Torres / Relacionista Lic R 53

La mentira como estrategia política tiene como fin negar una realidad u ocultar un problema.  También se utiliza para desgastar la imagen de un político, de un funcionario o de un gobierno, entre otras. Por años, las campañas políticas utilizan la mentira como estrategia para adelantar sus causas.   Hoy día, todavía los relacionistas lidiamos con escenarios que pretenden utilizar la mentira para adelantar causas.  Somos precisamente los relacionistas los llamados a evitar esta práctica que es irresponsable, inaceptable y falta a los códigos de ética de la profesión.  

Existen varios ejemplos en los cuales se evidencia el uso de la mentira como estrategia. En algunos casos la utilizan para ganar tiempo en medio de un conflicto, para mantenerse por más tiempo en el poder, para resaltar y para lacerar la imagen de un oponente. Se suele atribuir a Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Hitler, la frase “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”.  Esto es falso, sin embargo, el problema es que la mentira puede adquirir cualidades persuasivas como legitimidad pública, alcance mediático y que aparente ser verdad. Factores que contribuyen a controlar la agenda informativa. A continuación algunos ejemplos en los que la mentira fue la estrategia política:

Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, mintió al decir en repetidas ocasiones y por largo tiempo que su homólogo Barak Obama era un candidato ilegítimo a la silla de presidente porque nació fuera de Estados Unidos.  Todos sabemos que Obama presidió la nación por ocho años. 

Años más tarde, bajo la presidencia de Trump, fue el secretario de prensa de su administración quien mintió a los medios de comunicación del mundo sobre la cantidad de personas que asistieron a la ceremonia inaugural. El secretario dijo en conferencia de prensa en la Casa Blanca que la ceremonia fue  “la más grande en la historia”. Esto resultó en un encuentro atropellado con los periodistas que culminó con la salida abrupta de la conferencia de prensa y meses más tarde con su renuncia.

En España, el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, dedicó una veintena de insultos contra el presidente español Pedro Sánchez entre los cuales resaltó traidor, incapaz y mentiroso compulsivo. ¿El fin? Desgastar la imagen del presidente basada en mentiras.   En Chile, acusaron al gobierno de mentir cuando en 1998 se aprobó una ley para legitimar los hijos porque supuestamente ponía en riesgo la familia como institución.

Puerto Rico también es víctima de políticos que mienten con el fin de adelantar sus causas.  El gobierno mintió sobre las cifras de muertes a causa del Huracán María,  sobre los datos de casos positivos de Covid y sobre procesos administrativos.  Políticos y funcionarios mienten cuando están en medio de crisis para adelantar sus causas. Esto incluye legisladores, alcaldes y funcionarios de gobierno. Hay que encaminar esfuerzos para dejar atrás la mentira como estrategia política y abrazar la verdad. Esta es el arma más poderosa para alcanzar una meta u objetivo.