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Por: Aracelys Otero Torres / Relacionista Lic R53
Recientemente, me encontré con un caballero que contaba lo que describió como “un dolor de cabeza” la falta del servicio de energía eléctrica. Su esposa quien se encuentra en la etapa inicial de Alzheimer es encamada. Luego de contar las gestiones que a diario realiza me dijo con un sentido de pesadez: “ya estoy acostumbrado”.
La ira me invadió. Nadie tiene que acostumbrarse a vivir así. Cómo este caballero hay miles de familias quienes la falta de servicio de energía eléctrica además de complicarles la vida les impacta el presupuesto. Miles de familias quienes carecen de los recursos económicos necesarios para comprar un generador, para comprar la gasolina que utiliza, entre otros. ¿Quién se preocupa por estos ciudadanos? Muchos de ellos son adultos mayores, madres de familia y cuidadores de personas con necesidades especiales.
La realidad es una. El gobierno de turno fracasó. Fracasó y me atrevo a asegurar que pasará a la historia como uno de los gobiernos más insensibles, desconectado del dolor y la frustración de miles de familias que ven dañarse sus alimentos, sus enseres. Familias que tienen que decidir si compran sus medicamentos o si compran gasolina para sus generadores eléctricos. Mientras, los líderes del país ofrecen excusas, tras excusas, cambian de postura y se hacen de la vista larga. LUMA fracasó.
El país tiene que exigir que se fortalezca el servicio de energía eléctrica. Este es vital para el desarrollo de la isla en todos sus renglones. La falta de luz encarece la vida de cada ciudadano, limita el establecimiento de nuevos negocios e incide en la salud física y emocional de la población. La pregunta es, ¿De verdad Puerto Rico se merece vivir así?, ¿De verdad el gobierno carece de alternativas para atender la crisis energética?, ¿Hasta cuándo tenemos que esperar?
Otros que se sienten frustrados y con las manos atadas son los alcaldes. Escuchar que en municipios como Peñuelas son más las horas sin servicio de energía eléctrica que con servicio, evidencia que LUMA al igual que el gobierno de Puerto Rico fracasaron en su responsabilidad. Otros alcaldes como el de Juana Díaz, el de Arecibo y el de Orocovis también expresaron frustración en la forma en que LUMA y el gobierno central atienden esta crisis energética en el país.
Mientras, es el pueblo quien sufre la falta de acciones, sin embargo, reciben la factura del servicio de energía mensualmente y sin ajustes por el tiempo que estuvieron sin luz. Según publicó un rotativo del país el costo de la tarifa residencial, en Puerto Rico es superado por solo cinco estados conforme la United States Energy Information Administration. Las palabras del gobernador Pierluisi sobre su satisfacción por la forma en la cual LUMA respondió al paso de la tormenta Ernesto, es tratar de justificar lo injustificable.
Puerto Rico merece calidad de vida, merece servicios esenciales sólidos y eficientes. Merece adelantar en el desarrollo económico. Tenemos que unirnos en una sola voz para reclamar que LUMA cumpla con su responsabilidad de energizar al país.