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Trabajo Social, ¿qué celebrar?

 

Por: Krystal Pérez / Presidenta del Colegio de Profesionales de Trabajo Social de Puerto Rico (CPTSPR)

Cada cuarto viernes del mes de octubre se celebra el día del profesional de trabajo social. Celebramos el trabajo social para destacar su importancia en la sociedad puertorriqueña. Nos beneficiamos de sus servicios que se ejercen en diversos escenarios como lo son: en la legislación, en la política, las escuelas, comunidades, hospitales, agencias de gobierno, tribunales, hogares, universidades, en el Colegio, entre otros.

Si le preguntamos a 7,000 colegas que ejercen esta profesión día a día, nos pueden contar sus historias de logros a través de los años y como continuamente reafirman la necesidad de sostener dicha profesión desde cada espacio. También, estoy segura de que podemos escuchar sus reclamos ante los retos que diariamente enfrentamos para cumplir con los deberes que se nos requieren.

Este año y durante mi presidencia dedico mi celebración y mi lucha a defenderles. Quizás, por razones personales, pero definitivamente por razones ético profesionales, y porque reconozco las dificultades que nos cruzan. Hoy en día, como empleada gubernamental a tiempo completo, proveyendo servicio directo a jóvenes, con puesto transitorio y que dependo de los pagos quincenales para mi subsistencia y la de mi familia, comparto con el resto de la matrícula las carencias que caracterizan nuestros espacios de ejercicio profesional. Es por esto que la vocación no puede ser nuestra justificación para continuar con las pobres condiciones laborales.

Nos encontramos con una falta de supervisión directa por profesionales del trabajo social, promesas de reclasificación que tuvieron un efecto casi nulo en nuestra compensación salarial, falta de pago de dietas y millajes, sobrecarga de casos y trabajos que van en contra de la cantidad recomendada. También nos enfrentamos a la falta de inversión en la contratación de más profesionales para dividir la gran cantidad de poblaciones a atender y a la carencia de recursos externos que puedan ofrecer servicios a las familias y comunidades con las que trabajamos. Además de espacios de oficina que no cumplen con los requerimientos profesionales, escasez de materiales básicos que nos permitan hacer nuestra labor, falta de protección en espacios de riesgo para nuestras vidas, e incluso, falta de respuesta y apoyo cuando suceden situaciones que arriesgan nuestras vidas.

Es beneficioso para el Estado invertir recursos económicos que apoyen y sostengan los espacios del trabajo social para garantizar la protección de los derechos humanos de todas las personas en nuestro país. Una sociedad en donde se atienden prioritariamente las necesidades sociales, es una sociedad que puede enfocarse en el desarrollo de personas y comunidades autónomas y realizadas, como parte de nuestro crecimiento social.

Nuestra lucha mayor es estructural. Necesitamos ver estos asuntos de una manera colectiva y con enfoques macroestructurales. No necesitamos reinventar la rueda, pero sí debemos comenzar a solicitar a la Legislatura una rendición de cuentas para revisar cómo se distribuyen las inversiones y los avances que se han logrado en las múltiples legislaciones ya aprobadas para tratar nuestras vivencias.

Recientemente se aprobó el Proyecto del Senado 893 que establece la Carta de Derechos para los Profesionales de Trabajo Social. Esta legislación tiene como meta adelantar la protección de las personas profesionales de la explotación laboral y de cualquier presión externa que pueda empujarlas a cometer faltas éticas. Este proyecto, no sólo persigue establecer derechos básicos para quienes somos profesionales de esta carrera, sino que, presenta las responsabilidades que son parte del compromiso ético y político profesional. Ahora resta que el Gobernador de Puerto Rico firme el proyecto y lo convierta en ley. Exhorto a la clase profesional del trabajo social y a la ciudadanía a apoyar nuestros proyectos de ley para mejorar estas circunstancias. Pueden encontrar información en la página www.nuestroproyectodeley.org

La profesión del trabajo social no se conoce por sus tonos bajos. Gracias a la distinguida Raquel Seda , y quien es la segunda presidenta honoraria del Colegio, siempre llevo internalizado de no mantenernos en la neutralidad y ser feroz en los reclamos de justicia social. Movilizarnos hacia una práctica transformadora. Algo que muchas de nosotras (os, es) nos consta que hacemos incansablemente. Celebremos entonces nuestros esfuerzos y sacrificios.

 

 

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