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La colegiación beneficia al Estado

Por Krystal L. Pérez Martínez, MTS / Presidenta del Colegio de Profesionales de Trabajo Social de Puerto Rico

Las decisiones del Tribunal Supremo en cuanto a la colegiación compulsoria del Colegio de Ingenieros y Agrimensores y, más recientemente, la del Colegio de Contadores Públicos Autorizados trae una conversación diferente al tema de la posibilidad de colegiaciones obligatorias para ejercer diferentes profesiones. Se confirma que el Estado puede delegar en los colegios profesionales la regulación de las profesiones en la medida que exista un interés apremiante y sea la vía menos onerosa.

En el caso de los trabajadores sociales, en el año 2021, un grupo de profesionales de esta especialidad comenzó un pleito persiguiendo que se declare inconstitucional la colegiación compulsoria en trabajo social. Desde el Colegio de Profesionales del Trabajo Social de Puerto Rico (CPTSPR), por el contrario, hemos defendido este requisito porque mediante la colegiación es que nuestra profesión establece un código de ética robusto con procesos éticos estrictos y la educación continuada necesaria para mantenernos al día.

Para ejercer el trabajo social se requiere tener como mínimo un bachillerato, una licencia emitida por el Departamento de Estado, la colegiación, doce horas de educación continuada cada año, el fiel cumplimiento de nuestro Código de Ética Profesional y vasto conocimiento de los asuntos sociales que se atienden en cada escenario. Es por ello por lo que requiere estándares regulatorios estrictos y continuos. La carencia de la colegiación como un requisito inherente a la profesión, es un gran riesgo para la salud, seguridad y la vida de muchos ciudadanos.

El trabajo social es una profesión que está vinculada al estado porque presta servicios sociales creados, protegidos, regulados y, en muchas instancias, subvencionados por el mismo estado. Cabe destacar que 65% de las personas que ejercen lo hacen desde las agencias públicas.

El trabajo social es una profesión que atiende a las poblaciones más vulneradas socialmente. Desde el trabajo social se busca tener una sociedad donde los derechos humanos se hagan valer y que las personas puedan tener acceso a los servicios y a procesos de participación. En el día a día se manejan asuntos vinculados a la salud, seguridad y vida de las poblaciones con más necesidades sociales.

El trabajo social está insertado en hospitales, clínicas comunitarias, escuelas, residenciales públicos, organizaciones de base comunitaria, entre otros muchos escenarios. Es una profesión que va tomando mayor relevancia en la medida que las situaciones sociales se van complejizando y se requiere atención, acompañamiento y apoyo para las personas, familias, comunidades y organizaciones afectadas.

Dejar a esta profesión sin mecanismos regulatorios es sumamente riesgoso para el país. Es necesario que el trabajo social siga contando con un código de ética y mecanismos para el procesamiento de incumplimientos éticos. Se requiere que cada profesional cumpla con la educación continuada porque los asuntos sociales requieren que nos actualicemos con las mejores prácticas avaladas por la comunidad profesional. A su vez, el CPTSPR como organización profesional es parte de más de una decena de leyes donde se requiere la pericia de esta organización.

No existe mecanismo menos oneroso tanto para el Estado como para quienes ejercen la profesión que no sea la colegiación compulsoria. Es por esta razón que seguiremos defendiendo la viabilidad de la colegiación. Partiendo de lo establecido por el tribunal en el caso de Ingenieros y Agrimensores y de Contadores Públicos Autorizados, entendemos que nuestra colegiación debe seguir siendo un requisito para ejercer, dado que las responsabilidades que tienen esos colegios son las mismas que tiene el Colegio de Profesionales de Trabajo Social de Puerto Rico e incluso muchas más.

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