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Creo en un DACO activo, tanto en su rol fiscalizador como desde la óptica de educación al consumidor. Desde que asumí el cargo, el 2 de enero de 2021, aposté a la divulgación de información como la mejor arma para que no se vulneren derechos; y, en ese sentido, me enorgullece sobremanera ver como cada vez más consumidores han incorporado el mensaje, afirmando con seguridad que “eso no se puede, porque así lo dijo el DACO”.
Aunque mi visión ha dado lugar a discrepancias, me siento profundamente satisfecho por la ejecución de las labores encomendadas, las cuales culminan hoy, 4 de noviembre de 2022. He sido más que honrado en haber podido aportar a que se respeten los derechos de los consumidores, deber medular de la agencia que tuve el privilegio de liderar.
Agradezco el apoyo incondicional que, a lo largo de mi gestión, recibí de todo el equipo de trabajo. No ha sido fácil, pero se ha podido. Y es que, he estado rodeado de personas comprometidas que creen y quieren a DACO, y que han dado la milla extra para lograr, en apenas un año y diez meses, cambios radicales en la agencia.
Ha sido un privilegio enorme convertirme en el Secretario que logró ejecutar sentencias y embargar bienes a nombre de los consumidores, algo durante casi 50 años decían que no se podía hacer. Fuimos pioneros también en divulgar listas mensuales de los “comercios incumplidores”.
Promoví la transparencia en el ejercicio público, elaborando y divulgando informes sobre industrias reguladas, así como del trabajo de la agencia. Cumplí con el compromiso hecho ante la Asamblea Legislativa; y, aun cuando la radicación de querellas aumentó significativamente, el atraso que tenía el foro adjudicativo cuando asumí las riendas del DACO quedó reducido a más de la mitad.
Agradezco al Gobernador, Pedro Pierluisi, por la gran oportunidad que puso en mi camino al nombrarme Secretario. Hay proyectos que me hubiera gustado concluir, entre ellos, un nuevo acuerdo colaborativo con la FDA, el cual estaba próximo a firmarse, así como iniciativas en los condominios que estaban ya en marcha.
Confío en que la persona que me sustituya siga adelante con estos proyectos; y, sobre todo, que, aun cuando pueda apostar a una política pública distinta a la que me caracterizó, mantenga el concepto de un DACO activo, que con tanto esfuerzo logramos implementar.