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La perspectiva de género

Por: Luis Ibrahyn Casiano /Activista pro derechos humanos

La perspectiva de género se fundamenta en una mirada clara entre los géneros y sus relaciones de poder. Esta busca erradicar lo que a través de la historia ha sido un patrón cultural nocivo que ha reproducido la discriminación y perpetuidad de la desigualdad frente al Estado. La misma trasciende condiciones establecidas por el sexo con el que una persona nace, como también trasciende sus preferencias y/o orientación sexual. A través de la inclusión en nuestro sistema educativo estamos reorientando nuestra visión actual y haciendo un llamado al replanteamiento de la misma con expresiones concretas en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, tales como las dinámicas fomentadas en el trabajo, las relaciones familiares, el rol de las organizaciones cívicas, en el arte, en lo económico, la salud, ciencia, sexualidad, política, religión y la historia, entre muchos otros aspectos que se podrían tomar en consideración.

Esta trata de crear una nueva concepción del mundo y de la vida, que intente atemperar la forma en que el Estado y las personas se relacionan. Es una visión que asume la responsabilidad de hacer varios asuntos, entre ellos, erradicar el machismo, el “hembrismo”, el patriarcado, la segregación, la xenofobia y la homofobia, entre muchas otras formas de discrimen y manifestaciones de odio. Esto solo se puede lograr a través de la educación y de las garantías de los derechos humanos y civiles sin mirar el género de quien participa en las dimensiones del Estado y el gobierno, asumiéndolo como una obligación moral y una herramienta de justicia social.

El término “género”, es una gran aportación que ayuda a comprender las relaciones entre hombres y mujeres, y la diversidad en ellos, con el fin de permitir el análisis dentro de un modelo que no asigne roles y conductas en base a una categoría según su sexo y/o orientación. Por la falta de educación aflora la confusión y el desconocimiento entre lo que es el género y la orientación de género, una de las razones principales por la cual se juzga a una mujer por la forma de vestir, al igual que al hombre que no cae en la falsa normativa del “macho”. También a la hora de la paga, teniendo mujeres en lugares estratégicos de empleo recibiendo menos salario por las mismas responsabilidades que ejerce un hombre. Además de una falsa supremacía del carácter masculino, el cual lo representan y lo refuerzan desde las estructuras de poder, como la política y la religión, poniendo en desventaja a la mujer, a la comunidad LGBTT, y en ocasiones al mismo hombre, llevando al Estado a plantearse el absurdo de la posibles razones que una mujer pueda tener para caminar a solas en altas horas de la noche, como en el caso de Ivana.

Si a través de la escuela se propician espacios educativos para que los estudiantes, la facultad y la administración establezcan relaciones más inclusivas basadas en principios de equidad, podremos avanzar a relaciones de respeto hacia los derechos humanos y a una mejor convivencia en los diferentes ámbitos de la vida. Es fundamental y necesario que se promueva la formación de individuos con una idea clara de quiénes son y se les permita serlo. Que les ofrezca entendimiento de cómo es el mundo y la gran diversidad que se manifiesta diariamente en el. Debemos trascender los conceptos de la masculinidad y feminidad que predominan actualmente a unos más amplios que abonen a mejores puertorriqueños. Por eso creo y defiendo la perspectiva de género en la educación.

*Columna publicada en el 2015

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