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La distribución de las vacunas del COVID 19 ha comenzado. En esta fase inicial, El Centro Para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y el Departamento de Salud de Puerto Rico han recomendado que se le otorgue prioridad para recibir la vacuna a las personas que brinden servicios a la salud y a personas que vivan en hogares prolongados. La segunda fase les corresponderá a los empleados de emergencias y seguridad, infraestructura, educación y las agencias gubernamentales. La tercera fase a las personas que tengan al menos 65 años, pacientes con enfermedades crónicas, prisioneros, personal de asistencia espiritual y aquellos con discapacidad.
La producción de vacunas esta limitada, pero a solo días de su llegada a los centros de distribución, el Congresista Marco Rubio se vacunó en las redes sociales el 19 de diciembre del 2020. Luego, el 20 de diciembre la Comisionada Residente, Jennifer González Colón, también recibió la suya. Un día después, el Presidente Electo Joe Biden se vacunó.
A pesar de que el COVID 19 no discrimina, esto es sólo un ejemplo de las luchas de clases existentes. En una forma simple, la lucha de clases describe la accesibilidad política, económica, social, que unos tienen sobre otros. Así en palabras del filosofo italiano Antonio Gramsci, el sueño que una clase con acceso inculca ante el que no la tiene creando así una falsa accesibilidad de igualdad política, social y económica en la población general.
Pongámoslo en otra perspectiva, la esclavitud fue legal y los políticos la mantenían así. Las mujeres eran incapaces de manejar autos y los hombres dominantes lo mantenían así. No todas las escuelas publicas ofrecen la misma calidad de servicios educativos.
Mis amigos que cosechan cilantro y lechuga que venden al supermercado carecen de incentivos gubernamentales mientras las corporativas multinacionales reciben dinero hasta para pagar el jet privado de sus ejecutivos.
Recordemos esta polémica, el gobierno recomendó un plan de vacunación donde los políticos no están dentro de la primera fase inicial. No obstante, éstos han tomado la iniciativa de vacunación y han usado las vacunas que pudiesen ser dirigidas a los profesionales de la salud y grupo de apoyo dentro de los hospitales o maestros.
Esta preferencia de accesibilidad demuestra la desigualdad que un grupo con acceso político, social y económico tiene ante otros. Así como estos políticos se inyectan la vacuna antes que profesionales de la salud, aún existen trabajadores que no tienen acceso a ellas.
Así como la lucha por el derecho, esto es algo que nosotros también podemos cambiar.