Hace años comenzaron abandonar Puerto Rico decenas de industrias, entre ellas farmacéuticas y fábricas de costura. Hoy, mucha gente celebra, ya que la administración estadounidense despidió a China para volver a establecerse en la Isla, y es cierto; suena bello.
Sin embargo, esas industrias que se fueron, lo hicieron porque decían que la mano de obra puertorriqueña era cara y que había muchas leyes protectoras de los derechos laborales. Con la llegada de la Junta, llegó la “Reforma laboral” que eliminó derechos a los trabajadores, y por esta razón, ahora pueden volver, ya que la clase obrera se encuentra desprotegida. Además, vuelven porque en China le pusieron pactos difíciles a la administración actual, y no van América Latina, porque ese sector está despertando de ese sueño de mentiras. También, regresan porque esas empresas NO tributaban o tributaban muy poco en Puerto Rico, y ahora con las leyes e intervenciones actuales de la Junta, tampoco lo harán.
En síntesis, lo que parece bueno, no es más que una cogía de tontos hacia nuestro pueblo que vive en una incertidumbre económica, timo por parte del gobierno federal que pretende continuar su guiso en la colonia. Si bien es cierto, necesitamos la llegada de industrias, pero más que eso, la creación de industrias nacionales; y que las extranjeras paguen contribuciones, empleen bien y con buenos términos. Es hora de decidir sobre nuestro futuro con más poderes y con dignidad para gobernar a favor de los nuestros.
Por esta razón, es necesario que nos planteemos la reapertura del sector empresarial no solo desde la venta, y de servicios, sino; desde la manufactura. Para ello, es necesario y urgente tener más poderes sobre nuestras exportaciones e importaciones, lo que nos llevaría a modificar nuestro sistema actual y a combatir el colonialismo. Pero desde ahora, podemos comenzar a enfrentar esa disparidad comercial siendo certeros en nuestra política pública para el desarrollo de una economía local que no tenga que competir con las manos atadas en una lucha desigual; eso incluye al tema de las farmacéuticas. Es hora de que además de traer inversiones del exterior, creemos nuestra propia industria nacional; tenemos la capacidad y tenemos el derecho.