Por: Lcdo. Gerardo A. Cruz Maldonado
Luego de culminar el atropellado proceso de primarias para este ciclo 2020, hay varias lecciones que hemos aprendido y otras revelaciones que vale la pena repasar.
Ya sabemos que el nuevo Código Electoral, ni la legislación anterior, contienen disposiciones de contingencias para detener un evento electoral, en que caso que sea evidente que la misma tiene todos los elementos para ser un desastre. Sabemos igual que si bien es cierto que el Presidente de la CEE no cuenta con el respaldo de la mayoría de los comisionados electorales y que su desempeño es cuestionado por unanimidad por éstos, el nuevo código contiene fichas de tranque que harían complicada la determinación de presionar su salida en este momento crucial.
Bajo el mando del Comisionado Lind Merle Feliciano, se llevó a cabo un voto adelantado exitoso en todo el sentido de la palabra. Se ensayaron proyectos de votos por servi-carro y voto mediante cita en Barceloneta y San Lorenzo respectivamente. Luego del desastre del día 9 de agosto, y habiendo recibido la totalidad de las papeletas tres días después de la primaria, lograron coordinar la repartición de la totalidad de los maletines de los precintos que faltaban de votar y los despacharon dos días antes de la nueva fecha de primaria.
Mientras tanto, Aníbal José Torres en el PPD reunió de inmediato la Junta de Gobierno. Ofreció un diagnóstico detallado de lo acontecido y logró un respaldo sólido de los líderes en las decisiones tomadas. Dos días más tarde, el Tribunal Supremo de Puerto Rico en otra decisión histórica y por unanimidad, validó las decisiones de las comisiones especiales de primaria de detener la primaria bajo aquellas circunstancias.
Encaminada la maquinaria roja y estando el liderato político listo para reanudar las campañas modificadas, se aprovechó una semana extra para los ajustes de rigor. Interesantemente uno de esos ajustes tuvo que ver con el poco conocimiento que se tuvo de cómo se votó en cerca de una veintena de municipios el 9 de agosto. A diferencia del PNP en donde el llamado fue a divulgar en las redes sociales el recibo de la máquina de escrutinio, en el PPD esa no fue la experiencia general. De forma aislada y sin la certeza de si tales resultados eran confiables, se convidó al electorado a salir a votar el domingo 16 y esperar a que todos los populares votaran.
La historia se escribirá como un evento atropellado que terminó en éxito para el PPD y sus líderes. Las expectativas de participación en primarias superaron los números que fueron estimados originalmente en tiempos de COVID. Se completó el proceso de divulgación de las votaciones del 9 de agosto sin filtraciones.
La primaria del 16 de agosto, reveló una enorme ventaja para Charlie Delgado, ganando en 76 de 78 municipios, por lo que se facilitará el proceso de unidad en un Partido Popular extremadamente motivado, bajo el mando de su nuevo líder.