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La obscura democracia

           La palabra colonización ha categorizado todos los problemas de Puerto Rico. Varios partidos políticos han usado sus respectivas agendas para argumentar que la descolonización es la panacea para el País, pero con esta premisa me pregunto: “qué es la colonización, y si el cambio de estatus político de Puerto Rico realmente descoloniza”.

            Un libro titulado “Piel negra, máscaras blancas” me llega a la mente. Aquí Frantz Fanón presenta el conflicto existencial que Francia ha creado en el territorio de Martinica.

            Fanón, quien nació en Martinica, describe cómo el dominio francés sobre esta isla caribeña ha creado una depreciación patrimonial el cual ha prejuiciado el idioma, la religión, la raza y la política de los martinicos. Fanón enfatiza que los martinicos que residen en Francia llegan hasta negar su propia identidad patrimonial para adoptar la lengua, costumbres y tradiciones de un país extranjero. Dicha falsedad lleva a estos martinicos a proyectar una superioridad social, política y cultural entre otros martinicos. En resumen, Fanón demuestra cómo un estado colonial utiliza las características personales y culturales para destruir la identidad nacional de sus siervos dóciles.

            El libro “El colonizador y el colonizado” también es importante. Aquí Albert Memmi describe las relaciones interdependientes entre los personajes.

            Memmi nació en la cuidad de Tunis, Tunisia; una antigua posesión de Francia. Era judío entre los musulmanes, y árabe entre los europeos. Memmi describe como el colonizador se impone para crear y difundir una ideología extranjera superior convirtiéndose así en una clase dominante que extirpa los bienes económicos de otros. Memmi acentúa como algunos nativos se convierten en verdugos colonizadores del invasor al proteger y justificar su presencia. En fin, Memmi concluye que la descolonización comenzará cuando el colonizado obtenga la libertad intelectual, moral y espiritual, y se divorcie del foráneo.  

            A pesar de que estos libros son suplementarios, Memmi y Fanón tenían algo en común. Para ambos lo irónico no es ese fervor patriótico que existe en los países dominados por otros, sino presenciar como falsos patriotas seguirán justificando la intervención del foráneo opresor para mantener el poder dentro de una obscuridad democrática.

            Así como Memmi y Fanón, yo soy optimista. Fanón creía que los martinicos tenían el poder para determinar su futuro mientras Memmi decía que la colonización terminará cuando las personas reconozcan su identidad, acepten su historia y reconstruyan su destino nacional. Solo al romper con nuestros grilletes políticos y sus verdugos colonizadores podremos construir nuestra libertad, ya que este yugo político es voluntario y solo voluntariamente lo podemos cambiar.

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