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Libertad durante la pandemia

Por: Howard Caro-López, PhD

pasado 31 de julio la gobernadora Wanda Vázquez Garced emitió una nueva Orden Ejecutiva extendiendo varias medidas restrictivas para lidiar con el repunte en los casos de COVID-19, incluyendo el toque de queda; el uso mandatorio de mascarillas; el cierre de cines, casinos, gimnasios, playas  y chinchorros;  y la prohibición del consumo de alcohol. Estas medidas expansivas surgen a raíz del aumento en la cantidad de personas participando en actividades de congregación y haciendo caso omiso al distanciamiento social, dos de las estrategias claves exhortadas por epidemiológicos para mitigar la propagación del virus. 

A pesar de los llamados de expertos de salud y la creciente evidencia de la necesidad de observar estas dos prácticas, las medidas de la Gobernadora y de otros gobiernos fuera de Puerto Rico han generado controversia y resistencia de algunos sectores de la población en estos lugares. A través de los Estados Unidos se ven confrontaciones tensas y hasta violentas entres los que apoyan restricciones para mitigar y los que se niegan acatarlas. Aunque menos agresivo, este pasado fin de semana miles de personas se unieron a una manifestación en Alemania en contra de las restricciones impuestas por el gobierno central para combatir el virus.  ¿Si bien es cierto que el COVID representa una amenaza real para el mundo entero, cómo entendemos que haya debates tan feroces sobre adoptar medidas preventivas básicas como usar mascarilla y practicar distanciamiento social?

Esta ola de resistencia a cualquier medida preventiva para combatir el COVID-19 se ha presentado como un debate sobre la libertad.  La resistencia se justifica como rechazo a la privación de libertad individual,por parte del gobierno. Y no viene solo de los que quieren irse de chinchorreo, sino también del sector empresarial, por temores a que el cierre de locales reduzca las ganancias económicas.

A nadie le agrada tener que vivir bajo estas restricciones que se sienten opresivas.  A la misma vez la resistencia a las restricciones impuestas en nombre de la libertad también ha creado muchos estragos para controlar la propagación del COVID-19. ¿Dada las circunstancias precarias en las que vivimos en plena pandemia, qué tan factible es definir la libertad de esta forma, sí ejercer esa libertad conlleva consecuencias graves para la sociedad?

En su libro El Miedo a la Libertad, el psicólogo alemán Erich Fromm analiza la experiencia que él, junto a otras víctimas del régimen Nazi, pasaron para dar otra matiz al concepto de la libertad. Según Fromm, la libertad puede ser de carácter positiva o negativa. El ser humano puede tener la libertad de hacer, y/o gozar de la libertad de que le pase algo. La libertad plena, es poder gozar de ambas.  Fromm entiende que en la sociedad contemporánea, aunque muchas personas tienen libre albedrío para perseguir sus intereses, al solo ver la libertad de esa forma, colectivamente perdemos la vista de cómo puede privar mucha gente a la libertad de que no le pase algún mal a manos de otra persona.  En otras palabras, libre albedrío y libertad son cosas distintas.

Si adoptamos el planteamiento de Fromm, los reclamos de libertad que hacen los que se oponen a las restricciones para mitigar el virus toman un carácter negativo. Es más difícil apoyar la libertad para chinchorrear, tener eventos multitudinarios, o abrir negocios sin protocolos efectivos de higiene si esto propaga el COVID-19,  crea temor para personas vulnerables, y resulta en pérdidas de empleo. Apoyar  la libertad, también es requiere entender la responsabilidad que tenemos de proteger la libertad ajena. Si queremos volver a gozar de ir a la playa, las barras, el cine, y el trabajo, nos corresponde entender cómo nuestras acciones individuales y colectivas ayudan a mitigar el COVID-19.  

Ahora que nos acercamos a las próximas elecciones generales, debemos tomar en cuenta esta realidad cuando vayamos a elegir nuestro próximo gobernador/gobernadora.  ¿Cuál de esos candidatos realmente está comprometido con guardar la libertad de todos los puertorriqueños?  ¿Cuál de ellos da el ejemplo de la responsabilidad que debemos tomar todos como miembros de la sociedad para minimizar el contagio? Estas me parecen preguntas que nos debemos hacer la próxima vez que veamos una caravana electoral rodeando por las calles.

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