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Por: Lic. Gerardo A. Cruz Maldonado
La vez anterior discutíamos las formas de votar reconocidas en el derecho y tradición electoral de nuestro País. En esta ocasión, vamos a examinar mas de cerca el comportamiento electoral en las últimas elecciones tomando como base esas tres formas clásicas de votar: íntegro, mixto o por candidatura.
El voto íntegro se ha ido reduciendo en las últimas dos elecciones generales, cuando se le compara con la experiencia al 1984. Para el PPD, se ha fallado en llegar al .50 % del voto íntegro acumulado en esas últimas 9 elecciones. Su mejor participación desde el 1984 hasta hoy fue en el 2000 cuando ganó Sila María Calderón con un 49.28%. Su peor elección fue en el 2008 con 42.33%.
En el mismo periodo, el PNP ha logrado sobre un .50% del voto íntegro en dos elecciones generales, a saber, en las del 2008 y en las del 2016. Pero nunca el PNP ha obtenido un millón de votos como partido político.
Para el PIP, la última elección en que quedaron inscritos a base del voto íntegro fue en el año 2000. Nunca más han logrado superar el 2.50% del voto íntegro. Como dato curioso debemos mencionar que contrario a la percepción general, el PIP mejora su porciento cuando el PPD gana una elección. Es decir, no es correcta la aseveración que el PIP se vacía en el PPD para este último ganar.
En resumen, el voto íntegro subió del .86% en el 1984 al .95% en la elección general del 2012. Pero en el último evento electoral tuvo una precipitosa caída cuando se redujo a un 71%.
En lo que se refiere al voto mixto, la realidad es que Puerto Rico no tiene una tradición fuerte de votar mixto en la papeleta estatal. De las elecciones generales del 2008 al 2016 apenas ha variado de 1.35 a un 2.36%. En las elecciones generales del 2016, eso representó un poco mas de 30 mil votos.
La sorpresa de la década se registró en el voto por candidatura en todas las papeletas. Del 2000 al 2012, los electores que mostraban alguna inclinación a votar por candidatura iban de 56 mil electores a 46 mil con subidas y bajadas.
En las pasadas elecciones generales, ocurrió un suceso muy interesante. Y es que, según la CEE sobre 440 mil electores, votaron por candidatura en la papeleta estatal. Pero el dato no queda ahí. En la legislativa votaron así 360 mil electores y en la municipal 289 mil.
En las elecciones generales del 2016 había dos candidatos aspirando a la gobernación de forma independiente. La legislativa tenía un candidato independiente, pero no así la municipal. Surgen preguntas obvias: los candidatos independientes a la gobernación sumaron 266,325 votos, por lo que existe un excedente de 148,211 votos. También hay un excedente en la papeleta legislativa y la municipal. ¿Qué pasó aquí? ¿Estará la máquina de escrutinio leyendo bien?