Carta a mi País:
Amigos, como puertorriqueños, vivimos en momentos difíciles, pero no podemos perder la motivación nacional de nuestro País. Nos unimos en el béisbol, las olimpiadas, Team Rubio, pero nos perdemos en los rituales políticos. A pesar de que los huevos americanos son más baratos que los del País, te aseguro, que nuestros huevos son más grandes que los americanos. ¡Pregúntale a los patriotas, Hostos, Betances, Albizu, Lolita Lebrón, Cancel Miranda, el Maestro de historia, el conserje de mi escuela y cientos de otros puertorriqueños!
Amigos, nos toca luchar por nuestra autonomía soberana. Autonomía soberana, no como lo define el Partido Nuevo Progresista (PNP) o el Estado Libre Asociado (ELA), sino como nuestra Nación con los poderes internos y externos que debemos tener como País. Este debe ser nuestro deber.
Amigos, la existencia democrática recalca en la voluntad pública del País. Por eso, como País, tenemos la obligación moral de demandar que nuestros gobernantes trabajen con integridad. Esta sería la única manera que el concepto democrático puede existir; con tu voluntad.
Amigos, Puerto Rico tiene mucho que ofrecer; tenemos una población educada, determinada a trabajar por la libertad de Puerto Rico, pero a la misma vez dividida. Y sólo unidos podemos crear el País que añoramos. No importa si estamos en Culebra, Bayamón, o California, debemos unir nuestras fuerzas en contra a la injusticia social, política, económica que vive Puerto Rico. Esto es un deber del individuo para consigo y, por ende, un deber para con la humanidad.
Amigos, sé que diferimos en muchas ideas, pero ante el mundo social, cultural y político que enfrenta Puerto Rico, tú, yo, nosotros somos Puerto Rico. Nosotros, no importa donde estemos, tenemos el deber, la obligación, y el derecho de trabajar por nuestro País.
¡Tú, yo, nosotros, SOMOS PUERTO RICO!