Comunidad

Niños de Cayey utilizan arte para erradicar uso de balas al aire

“Los que ya no están fueron los que nos enseñaron a vivir la Navidad y esta Navidad Tira amor al aire, no más balas”, fue unos de los carteles más llamativos en la caminata educativa que llevaron a cabo los niños de la Escuela Fray Benigno Carrión de Cayey, quienes se unieron al llamado generalizado de erradicar la perniciosa costumbre de disparar balas al aire en la noche de despedida del año.

“Esta es una iniciativa que realizamos en conjunto y es una señal también para que los niños conozcan la importancia de trabajar en equipo. El Municipio colabora con el equipo de sonido, seguridad y manejo de emergencias. La empresa Jumping City nos provee los personajes que le dan colorido a la actividad”, añadió Jeannette Torres Negrón, maestra de educación especial en la escuela Benigno en Cayey, quien lleva 2 años organizando la actividad con la Policía de Puerto Rico.

Por su parte, el alcalde Rolando Ortiz Velázquez exhortó a la ciudadanía a colaborar con el esfuerzo ciudadano. “Estas campañas funcionan y la prueba está en que ha mermado considerablemente esa peligrosa costumbre de disparar al aire. Hay que continuar educando y tomar acción cuando se conozca de un caso, llamando al 787-343-2020. Con ese simple gesto, usted está cumpliendo con un deber ciudadano y le está salvando la vida a una persona”.

La despedida del año pasado y la llegada del 2019 transcurrió sin muertes por disparos al aire, aunque hubo dos heridos. Al concluir el año 2018 con este resultado ya Puerto Rico cuentan seis años sin víctimas por balas perdidas. “Esto refleja que la ciudadanía está siendo responsable y receptiva con el mensaje anual que busca prevenir este delito. Ciertamente, no podemos bajar la guardia”, añadió el alcalde.

El Artículo 5.15 de la Ley de Armas, Ley 404 del 2000 tipifica como delito grave el “disparar en un sitio público o en cualquier otro sitio donde alguna persona pueda sufrir daño”. De ser encontrado culpable, la persona se expone acarrear una pena fija de 5 años, que de mediar agravantes, podría aumentar hasta 10 años de cárcel. En el 2013 la Ley de Armas fue enmendada para establecer que quien resulte convicto por este delito, no tendrá derecho a probatoria, a libertad bajo palabra, ni bonificaciones que acorten su condena.

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