El Consejo General de Estudiantes del Recinto de Río Piedras (CGE-RP) rechaza categóricamente el nombramiento de la Dra. Zayira Jordán Conde como presidenta en propiedad de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
Denunciamos esta designación como una clara manifestación de la injerencia de La Fortaleza en los asuntos internos de nuestra universidad. Esta imposición evidencia un profundo desprecio por la voz de los recintos universitarios y perpetúa un patrón peligroso de gobernanza autoritaria que socava los procesos democráticos que deben regir en la universidad pública del país.
Desde el CGE-RP, entendemos que la Dra. Jordán Conde no cuenta con el respaldo de la comunidad universitaria, ni posee la experiencia ni la trayectoria necesarias para liderar y comprender adecuadamente una institución de la magnitud y complejidad de la UPR. Durante el proceso de vistas públicas quedó evidenciado que no estaba preparada para asumir el cargo, y que su plan de trabajo carecía de propuestas concretas para atender las necesidades reales del estudiantado.
Además, su historial evidencia una participación activa en actividades político-partidistas, guiada por el oportunismo y el beneficio personal, en contraposición al compromiso social que debe caracterizar a quien lidera una institución universitaria pública.
Este nombramiento constituye un atentado directo contra la autonomía universitaria y los procesos democráticos que deben guiar el funcionamiento de la UPR. Cabe destacar que la Dra. Jordán Conde no fue recomendada por ninguno de los once Senados Académicos del sistema, ni por los cuerpos representativos de estudiantes y profesores.
Nos unimos al llamado de acción en defensa de la integridad, la democracia interna y la legitimidad de los procesos universitarios. La comunidad universitaria ya se expresó de forma clara y contundente. Exigimos candidaturas que estén verdaderamente comprometidas con la misión, los valores y la realidad de nuestra institución. Ignorar esta voluntad colectiva constituye una violación inaceptable a los principios de participación y justicia.
Finalmente, exhortamos al pueblo y a todos los sectores de la comunidad universitaria a mantenerse firmes, alertas y unidos en defensa de la universidad pública. Nuestra universidad no se rinde ni se vende. La autonomía universitaria se defiende hoy y siempre.