A casi un año de la juramentación del gobierno del Partido Nuevo Progresista (PNP) la realidad es que son pocos los pasos adelantados que resulten en mejores oportunidades para los puertorriqueños. Lo peor, en términos de imagen, es que la percepción generalizada coincide en que el país vive un estancamiento. Así lo evidencian los medios de comunicación a través de noticias que describen los problemas que existen. Lamentablemente, a pesar de las promesas de campaña, es poco lo logrado en beneficio del país. Aunque son múltiples los ejemplos para compartir con ustedes, voy a limitarme a los que en mi opinión tienen mayor impacto en la vida de la ciudadanía.
Caos en el servicio de energía eléctrica. Recientemente los medios del país publicaron noticias relacionadas con un aumento en la tarifa de la luz. A esto se suman las continuas interrupciones en el servicio que en ocasiones deja a miles de clientes a oscuras. Por otro lado, el gobierno tampoco apoya a familias que buscan generar energía a través del uso de sistemas alternativos. A estos LUMA, empresa que maneja el sistema de transmisión, lleva una batalla para cobrarles $300 por lo que alegan son cargos de un estudio suplementario. El peor escenario para la gobernadora es que todavía el país espera las primeras señales de que en efecto cumplirá su promesa de campaña de cancelar el contrato con el consorcio de energía eléctrica.
Caos en el acceso al agua que suple la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA). Esta pasada semana el procurador del ciudadano denunció que recibe alrededor de mil querellas mensuales por problemas de acceso al agua potable. Hatillo, Morovis, Camuy y otros denuncian, casi a diario, los problemas con el acceso al servicio. Interrupciones prolongadas, constantes y baja presión son algunos de los problemas que confrontan. Mientras la gobernadora se limita a crear un comité para que le diga qué está mal y cómo resolverlo, el pueblo sufre las consecuencias de la falta de agua potable que incluye sin limitarse cargas adicionales para sus presupuestos, compra de equipos y agua embotellada así como problemas físicos y emocionales.
Posible cierre de hospitales. A los problemas descritos se suma el anuncio de la posibilidad de cierre de casi una veintena de hospitales. Aunque reconozco que estos son privados, la verdad es que el país está en espera de conocer cómo la gobernadora manejará esta situación. Una situación delicada, que causa preocupación ya que cada día aumenta vertiginosamente la población de adultos mayores. Todo esto ocurre en medio de los reclamos de profesionales de la salud como médicos y enfermeros quienes denuncian sobrecargas laborales, entre otros.
Estos son tres ejemplos del caos que vive el país y que el gobierno debe atender de manera urgente si desea, cumplir con su obligación de gobernar, con sus promesas de campaña y con brindar mejores oportunidades para todos. Mientras, la imagen del país es que hay un caos y la luz al final del camino cada vez está más lejos.