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Foto por: Luis Bou
En estas próximas elecciones, los títulos de “derecha” e “izquierda”, “capitalista” y “comunista”, solo sirven para dividir a Puerto Rico. Su única utilidad es llevarnos a la diatriba y olvidarnos de las actividades y eventos políticos que nos han llevado a nuestro hoy día. Tales títulos son ilusorios para argumentar a favor o en contra de alguien. Pues en primer lugar, son títulos carentes de análisis y contextualización. Por ejemplo, no existe en el mundo un país o una economía “capitalista” o “comunista”, sino existen sistemas político-económicos mixtos. Más allá de eso, el “comunismo” no se puede traer a la conversación sin antes entender su contexto histórico dentro de lo que fue la Unión Soviética y la Guerra Fría. Implicar que en Puerto Rico entrará de una manera u otra el “comunismo” es lo mismo que decir que entrará el “feudalismo”. Los dos son conceptos históricos, no actuales. Igual, el “capitalismo” como modo económico existe en Puerto Rico pero su fin no ha sido materializado; pues tuviésemos que eliminar todo el ‘estado-benefactor’ en relación con las ayudas federales estadounidenses (incluyendo becas, PAN, Seguro Social, entre otras); ya que estas implican un programa paternalista y con enclaves socialistas. Más allá, hubiese que eliminar también el propio gobierno y llegar a una realidad económica donde el mercado dirija toda las transacciones, problemas y soluciones. Es por esto, que tales conceptos de “derecha” e “izquierda”, “capitalista” y “comunista” lo que hacen es dividirnos, en vez de unirnos a las realidades que nos afrentan y nos han llevado a nuestra crisis sociopolítica.
¿Pues cómo debemos argumentar en contra o a favor de alguien en estas próximas elecciones? Primero, las ideas de cada candidato son los puntos claves de análisis; en lugar de la persona en sí. De serlo así, sería una falacia lógica ad hominen (dirigido a las características personales, en lugar de utilizar la razón). Ha esto se le ancla su competencia y su historial político. ¿Qué han hecho en el pasado? ¿Dónde han estado? ¿Muestran méritos puntuales para ser políticos ejemplares? Entonces, para recapitular si usted se le olvidó o nunca ha ido a la escuela, existen tres maneras básicas de convencer o argumentar: pathos, ethos y logos (del griego). Pathos es sobre utilizar las emociones y los sentimientos. Puede ser, llevar al miedo, causar una gran euforia, etc. Ethos es sobre utilizar la moralidad (bien o mal, correcto e incorrecto). Puede ser, adjudicar que una idea es mala porque no atiende las necesidades energéticas. Logos es sobre utilizar la lógica. Puede ser, racionalizar que un candidato es competente por A, B, y C (estas siendo premisas racionales, llegando a una conclusión lógica). Usted juzgue las maneras que los propios candidatos argumentan. ¿Apelan más a las emociones o a la razón? ¿Utilizan la lógica o caen en falacias como la de criticar características personales? ¿Solidifican sus argumentos morales con evidencia robusta? En estas próximas elecciones, busquemos usar la razón.