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Binarios

 

Por: Dr. Howard Caro-López

Muchos de los acontecimientos recientes que se han dado me han puesto a pensar mucho en lo polarizante que se ha vuelto el discurso público hoy en día. La tragedia que se está desenvolviendo entre Israel y Palestina es un ejemplo.  Aunque la gran mayoría de los observadores han condenado el secuestro y matanza de civiles por parte de la organización palestina de Hamas, la narrativa dominante dentro de los medios norteamericanos y europeos es que el pueblo palestino atenta contra la gente de Israel y que la única postura justificada es la de solidaridad con los israelitas.  Cualquier intento de traer a luz las décadas de abusos del gobierno israelí contra los palestinos o incluso,  explicar que Hamas es un grupo que muchos palestinos rechazan como extremista, se minimiza o silencia.  Basta con ver como algunos países europeos buscan limitar manifestaciones publicas en apoyo al pueblo palestino o incluso como algunos medios noticiosos en los Estados Unidos (EE.UU.) han sacado reporteros musulmanes o árabes del aire para ver como se busca fomentar una perspectiva binaria done el gobierno israelita es victima y el pueblo palesitno son los agresores, aun cuando los expertos en la política de la región aclaran que es un conflicto muy complejo donde pintar un lado de bueno y otro de malo es una reduccion extrema.

 

Observo la misma dinámica en otros temas controverciales o de gran impacto.  La dinámica que se da en el Congreso federal con la lucha de poder dentro del caúcus republicano en la Cámara de Representantes es otro ejemplo donde los actores optan por un juego de cero suma.  La franja de la extrema derecha del caucus republicano opta por tomar rehén al proceso legislativo y colgar a cada candidato que se postula para ser Portavoz de la Cámara. Mientras tanto, el partido Demócrata como los Republicanos hasta ahora se han quedado de brazos cruzados, prolongando la parálisis legislativa.  Aunque ahora en Washington se ve algunos indicios de un acuerdo bipartidista para nombrar un portavoz y resumir el trabajo legislativo, la renuencia de negociar en este y en la mayoría de asuntos en una legislatura casi dividida por la mitad se da en parte por la postura de ambos partidos de ver al otro como una ente con la que no se puede negociar o transar. Y si bien es cierto que a los partidos les corresponde adelantar su agenda ideológica, la realidad es que los procesos legislativos requieren cierto nivel de compromiso a falta de una mayoría absoluta.

 

Esta dinámica de mentalidad binaria también se extiende a debates entre la gente.  Hace poco la periodista investigativa Bianca Graulau compartió un comentario por las redes sociales donde admitió que a pesar que ama vivir en Puerto Rico y entiende que es importante luchar para mejorar las condiciones en nuestro pueblo, la realidad de lo difícil que es vivir entre apagones, mala infraestructura y el alto costo de vida la ha hecho repensar su decisión de seguir viviendo en el archipiélago.  Y aunque los comentarios de la gente incluyeron varias personas que simpatizaron con su dilema, hubo también muchos comentarios cuestionando el compromiso de Graulau con Puerto Rico, con muchos comentando al efecto que “el que se fue no hace falta.”

 

Estos son solo algunos ejemplos de cómo va avanzando la mentalidad binaria en nuestro discurso público, y en particular en temas políticos.  Lo cierto es que los medios sociales han aportado a este fenómeno con el uso de algoritmos que filtran información donde el usuario suele ser expuesto sólo a información que confirma sus posturas ya establecidas. Pero más allá de eso hay que también tomar en cuenta la precariedad en que la mayoría de la gente vive hoy en día.  La inseguridad y creciente desigualdad económica, los estragos del cambio climático que sigue de manera casi desmedida, la violencia en muchos lugares, y el cambio en normas sociales tradiciones de una forma u otra son fuentes de estrés y trauma para mucha gente. Ante este ambiente estabilizante muchos buscan refugio en el tribalismo y en causas que afirman sus ansiedades y miedos.

 

¿Cuál es el camino para romper con este fenómeno de polarización y pensamiento binario?  Lo cierto es que no hay soluciones fáciles a mano, pero tampoco es un problema intratable.  Tal vez el primer paso es, como ha señalado el psicólogo Gabor Mate, comenzar a ver que hay una correspondencia fuerte entre nuestra salud mental y emocional, y el ambiente en el cual operamos.  Quizás con solo empezar a darle voz a nuestros sentimientos y vulnerabilidades podemos ir entendiendo que muchos de nosotros, de alguna manera, estamos afectados por la condición del mundo. Tal vez con esa conexión emocional y empática podemos dejar de ver cosas dentro del binario y vernos como seres humanos vulnerables, y empezar a sanar juntos.

 

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