Tu Voz

Se busca

Por: Dr. Howard Caro-López

Recientemente durante una conversación con mis padres, que aún residen en Puerto Rico, caímos en el tema de contratar una persona para ayudarlos con unos proyectos para la casa-pintar, reparar una parte del techo y podar la grama, ya que por motivos de salud y edad dichas tareas son difíciles para que ellos puedan realizarlas.   Al hacerles esa sugerencia, la respuesta que recibí fue, para mi, algo sorprendente.  Según mis padres, llevaban varios meses buscando un jardinero y alguien para arreglar su techo por todas partes sin suerte alguna. Sea en los clasificados, por internet, o a través de contactos personales, nadie respondía a sus llamadas o emails.

Me resultó algo sorprendente en ese momento que se les hizo tan difícil procurar ese servicio en el momento, pero con el pasar del tiempo caí en cuenta que no debió haberme tomado por sorpresa.  El problema de escasez laboral en los sectores de servicio es algo que se ve también en muchas partes de los Estados Unidos (EE.UU.)

Este patrón dentro del mercado laboral se da en un momento crítico para Puerto Rico, que lleva varios años en un estancamiento económico.  ¿A qué se debe esta tendencia? Hay varios factores que juegan un papel en ese fenómeno. El más evidente para muchos es el cambio en el perfil demográfico de Puerto Rico.  El descenso poblacional en la última década y pico es un hecho bien documentado a estas alturas. El otro aspecto de la baja poblacional que se discute menos es que han resultado en una situación en la que se conoce como la curva U, donde la población está concentrada en los extremos de edad. Es decir, hay concentraciones grandes de personas de edad avanzada y de jóvenes, y menos personas de edad laboral (DATA). Esto ayuda a explicar en parte la escasez laboral.

Más allá de la composición demográfica también está el asunto de la falta de oportunidades económicas de mejor ganancia en el mercado laboral actual.  Trabajos en industrias de mayor ingreso, como la manufactura avanzada, servicios financieros, la informática, la medica y farmaceutica, ahora son limitados en Puerto Rico, a consecuencia del alto costo operacional en el archipiélago, comparado con países vecinos e incluso lugares más lejanos (donde los sistemas de transporte y logística facilita producción global).

El costo de producción en Puerto Rico también se encarece por los altos costos energéticos, tema que ya se ha documentado extensivamente. El resultado de todo eso es un mercado laboral dominado por la industria del servicio, que remunera menos y que incentiva la migración para muchas personas de edad laboral.

El tercer factor significativo es el creciente costo de vida en Puerto Rico-fenómeno del cual he comentado anteriormente. La falta de producción agrícola local para la canasta básica, el costo energético, y la importación de la inmensa mayoría de los productos de consumo (encarecido aún más por las restricciones impuestas por las Leyes de Cabotaje), ha creado un ambiente donde el costo de vida es casi prohibitivo para las personas de bajo y mediano ingreso hoy en dia.  La más reciente crisis de inflación agrava el costo de vida para todos.

También a esto debemos agregar el impacto del COVID en la participación laboral, que se presenta en al menos dos formas.  La primera es en cuanto al cálculo de obreros en tomar posiciones que tal vez los exponga a enfermarse por un sueldo bajo, cosa que se evidencia mucho en el sector de servicios al detalle y comida.  La segunda forma que se presenta, cuyo impacto aún se está definiendo, es en cuanto a lo que se denomina “COVID largo.”  Ya hay bastante evidencia a través del mundo de millones de personas que contrajeron COVID que han sufrido de varias condiciones de larga duración y tal vez perpetuas a consecuencia del virus, incluyendo problemas cardíacos, respiratorios, de función cognitiva, y de fatiga crónica.  En algunos casos estas condiciones son tan agudas que discapacitan a una persona de trabajar o de hacerlo a tiempo completo, o limita el tipo de labores que pueden hacer.

Cuando tomamos estos factores en cuenta podemos percatarnos no solo de cómo esto explica la crisis laboral, sino también de que representa un problema circular.  Menos mano de obra limita el acceso a servicios que luego encarece los costos de producción, que incentiva a que gente emigre para lugares con costos de vida más bajos y sueldos más altos.  Ante esta realidad como mínimo debemos tomar cautela en cómo evaluamos la participación laboral en Puerto Rico, tanto en cuanto la decisión de tomar un empleo de salario bajo o mínimo, o incluso de emigrar a los EEUU en busca de mejores oportunidades.  Nos corresponde tomar todo esto en cuenta cuando vemos la gran cantidad de letreros de “se busca” en los negocios y pensar como podemos imaginar la experiencia laboral en Puerto Rico.

Salir de la versión móvil