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El concierto de Bad Bunny: un fenómeno en Puerto Rico

Por: Aracelys Otero Torres / Relacionista Lic R 53

 La era de la televisión y de la música en la isla quedó marcada para la historia por el recién concierto del artista urbano Benito Antonio Martínez Ocasio, mejor conocido como Bad Bunny. Descrito como un fenómeno en la música urbana latina, Bad Bunny llevó la industria televisiva y musical de PR a otro nivel.  La transmisión en vivo de su concierto Un verano sin ti, a través del canal de televisión Telemundo y la transmisión en vivo en pantallas en 13 lugares públicos de la isla fue un evento nunca visto.

El concierto logró paralizar a PR como lo hizo el triunfo del boxeador Tito Trinidad y la Medalla de Oro de Monica Puig en las Olimpiadas 2016.  La diferencia, que a mi entender existe al comparar los eventos, es que en el caso de los deportes la mayoría favoreció el encuentro mientras que en el caso que nos atañe, unos lo hicieron porque disfrutan de las canciones del artista y otros por curiosidad.

Las canciones del conejo malo se caracterizan por su alto contenido sexual, palabras soeces, vocabulario alusivo a drogas y alcohol y por un lenguaje interpretado por la opinión pública que va en detrimento de la mujer.  Si tomamos estos puntos como referencia, es de conocimiento general que la televisión de la isla censura presentaciones con este contenido. Sin embargo, cuando los directivos de Telemundo confirmaron que el concierto se transmitiría íntegro y sin pausas comerciales el país se sorprendió. Además la determinación se convirtió en un precedente.

Otro impacto que tuvo la transmisión del concierto fue el uso de las redes sociales donde fanáticos transmitían cada segundo de lo acontecido en el Coliseo José Miguel Agrelot, en los 13 Spots donde se vio el concierto y en sus hogares.  Si evaluamos el impacto y el alcance de las redes sociales, me atrevo a asegurar que el concierto fue visto en el mundo.

Desde que inició su carrera musical entre el 2013  y el 2016, Bad Bunny rompe esquemas. Lo vemos en sus canciones, su estilo de vestir y sus logros.  Lo ocurrido el 28 de julio de 2022, en la isla, nos invita a reflexionar en el impacto que tuvo en el mundo de las comunicaciones. ¿Qué debemos esperar de artistas y de marcas luego de la transmisión del concierto?, ¿Cuánto más flexibilizarán el contenido que se divulga a través de la televisión en la isla?, ¿Qué impacto tendrá lo sucedido en la forma en que los relacionistas y profesionales de las comunicaciones establecemos estrategias para nuestros clientes?

Las respuestas a estas preguntas las proveerá el tiempo. Sin embargo, este precedente sirve como base para el desarrollo de estrategias para nuestros clientes.  Además, nos sirve de ejemplo en cómo múltiples renglones, más allá del aspecto televisivo y musical, se beneficiaron. Esto incluye los pueblos y lugares donde se presentaron las pantallas, los comercios y la economía generada.  Le guste o no le guste Bad Bunny, la realidad es que el joven artista rompe paradigmas.

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