Por: Aracelys Otero Torres / Relacionista Lic. R-53
Ser asesor en relaciones públicas implica dos aspectos fundamentales, uno: conocer a cabalidad la profesión y dos: conocer, entender y ser empáticos con los clientes. Para ser asesores efectivos tenemos que conocer nuestro rol. Las relaciones públicas son definidas como la función gerencial que establece y mantiene relaciones mutuamente beneficiosas con los públicos de los cuales depende su éxito o fracaso. Por tanto, un relacionista es un estratega que sirve de enlace entre los públicos. Esto significa que es imperativo tener un rol activo dentro de cualquier proceso que inicie el cliente. Debemos ser parte de la mesa de trabajo en la cual se toman las decisiones.
Participar de ese proceso permite identificar áreas que necesitan ser fortalecidas y resaltadas dentro del proceso de comunicación. Participar de la toma de decisiones permite anticipar posibles issues o crisis. Esto contribuye al desarrollo y establecimiento de planes para estos fines, entre otros, que son parte de los esfuerzos de comunicación y relaciones públicas. El relacionista es el responsable de establecer el plan de comunicación y de relaciones públicas así que participar de la toma de decisiones contribuye en conocer el sentir del cliente lo que añade valor al ejercicio de comunicar y ejecutar el plan de trabajo delineado.
Conocer nuestra profesión incluye conocer el código de ética que rige la profesión a través de la Asociación de Relacionistas de PR. El código es nuestra guía de trabajo para saber qué podemos hacer y bajo qué escenarios. Además nos ayuda a identificar situaciones que pueden afectar o impliquen malas prácticas de la profesión.
Asesorar implica conocer con quién laboramos y con quién compartimos la información de nuestros clientes. En mi caso, significa conocer los compañeros de los medios de comunicación masiva tradicionales y digitales. También es necesario conocer Influencers relacionados con los temas que impactan a nuestros clientes. Debemos estar al día con las noticias, legislación aprobada y tecnologías emergentes para ofrecer asesoramiento que sea de valor para nuestros clientes y sus marcas.
Nuestros clientes pueden compartir similitudes sin embargo cada uno es particular. Entender cada cliente implica conocer su misión y visión. Cómo quiere que su marca se reconozca, cuáles son sus preocupaciones. Dominar esta información contribuye a desarrollar mensajes a tono con las expectativas del cliente. Lo mejor para transmitir cualquier información de forma efectiva es conocerla, dominarla y hacerla parte nuestra.
La empatía también juega un rol fundamental a la hora de asesorar. Ser empáticos con nuestros clientes significa ponernos en sus zapatos, ser afines con sus necesidades y preocupaciones. La confianza es vital en el proceso asesor cliente. Esta es la base para establecer una relación duradera y efectiva.
Ser asesor es un gran reto que trae grandes satisfacciones y que es muestra fehaciente de que usted domina su profesión y la aplica al máximo. Leer, estudiar e investigar son los compañeros de jornada. Ellos nos ayudarán a estar al día y a ofrecer a cada cliente información actualizada y veraz que contribuya a alcanzar las metas trazadas.