Por: Aracelys Otero Torres / Relacionista Lic R 53
La necesidad de que el país tenga funcionarios de gobierno comprometidos con el bienestar del pueblo es apremiante. Cada cuatrienio los gobernadores de turno tienen la responsabilidad de escoger a los hombres y mujeres que se convertirán en los secretarios y jefes de agencia del país. Son ellos los responsables de implementar la política pública del gobierno impulsada desde La Fortaleza.
El gobernador designa los secretarios o jefes de agencia y la Asamblea Legislativa tiene la responsabilidad de confirmarlos o rechazarlos. Los designados deben cumplir con un proceso de investigación y evaluación por parte de la Asamblea Legislativa. Estos se someten a vistas públicas en las cuales se intercambian preguntas e información con el designado. En las vistas pueden participar grupos o personas que entiendan tienen información que contribuye al proceso de investigación.
Recientemente, el Senado de Puerto Rico lleva a cabo dicho proceso. Durante el mismo el país es testigo de las diferentes situaciones ocurridas. Un proceso de interpelación a la ex designada Secretaria de Educación, que resultó en un informe negativo y en el retiro del nombramiento por parte del gobernador. Posterior, escuchamos ponencias que describieron al designado jefe de Bomberos como un monstruo. El designado Secretario de Salud, el cual al parecer contaba con el apoyo de los legisladores, tuvo que lidiar con una noticia publicada que lo vincula a una empresa que alegadamente cometió fraude. Más reciente, la nueva designada secretaria de Educación impresionó a todos con su resumé sin embargo, trascendieron fotos de las cuales se puede deducir en una activista del Partido Nuevo Progresista.
Aunque reconozco que los secretarios y jefes de agencia van a estar ligados a la política partidista su agenda de trabajo debe estar centrada en lograr el bienestar del pueblo. Esa debe ser su prioridad. Adelantar agendas político partidistas es el mayor error que se comete desde esos puestos. Si repasamos la historia vemos como los altos intereses dentro de los partidos políticos utilizan a los secretarios y jefes de agencia como trampolines para obtener contratos, ayudar a sus familiares y amigos, tomar control de las decisiones en las agencias, todo en aras de promover su ideología partidista. Ahí estriba el error.
Ser secretario o jefe de agencia es una oportunidad única, que muy pocos tienen, de servir al país. De convertirse en esa pieza fundamental para mejorar el sistema gubernamental. Es tener la oportunidad de poner a disposición del país las destrezas y habilidades obtenidas a través de los años. Es tener el poder de cambiar lo que está mal y de trazar una agenda de futuro que garantice más y mejores oportunidades para ésta así como para futuras generaciones. Es contribuir con ese granito de arena para hacer de Puerto Rico un mejor lugar.
Los gobernantes deben ser cuidadosos con sus recomendaciones y deben aspirar a designar ciudadanos de alto calibre y no activistas políticos. Cuando eso suceda resurgirá el gobierno y acabaremos con la politización de las agencias que se supone sirvan a todos por igual.