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Porque ser relacionista es cosa seria

Por  Aracelys Otero Torres /Relacionista Lic R 53

Porque ser Relacionista es cosa seria”. Este es el lema de la campaña educativa impulsada por  la Asociación de Relacionistas Profesionales de Puerto Rico (ARPPR).  La campaña tiene como fin educar sobre las funciones que ejercen los relacionistas profesionales, reafirmar la importancia de contar con un relacionista licenciado y promover el cumplimiento de la Ley 204-2008, para practicar la profesión en el país.

El esfuerzo nace de la necesidad apremiante de que las personas conozcan las verdaderas funciones de un relacionista y cómo su peritaje le permite el desarrollo y ejecución de planes de comunicación, planes de relaciones públicas, de manejo de crisis, entre otros. Me reafirmo en que a pesar de los esfuerzos y del adelanto que vive la profesión todavía falta mucho por hacer.  Existe una percepción errónea de que los relacionistas son coordinadores de actividades o personas que se encargan de esconder la verdad y de hacer que todo luzca bien.  ¡Qué error! 

Un relacionista, según definido por la ARPPR, es un “estratega gerencial cuyo objetivo es el asesoramiento estratégico para la creación y sostenimiento de un proceso de comunicación efectivo entre una organización o individuo y sus diversos públicos”.  En Puerto Rico, desde la aprobación de la Ley 204, se definió cómo se practica la profesión en la isla y se estableció el marco regulatorio. De la exposición de motivos de la Ley se desprende que entre los deberes del profesional de las Relaciones Públicas, figura el desarrollo de mensajes que impactan directamente sobre la opinión pública, así como la responsabilidad de asesorar a la organización o individuo para quien ofrece servicios sobre la importancia de que sus acciones respondan al interés público. 

También destaca que existe una necesidad de que los profesionales del campo, cuenten con la formación académica necesaria y con normas que promuevan una conducta ética.  Promueve que la información esté en manos de aquéllos que puedan ejercerla con prudencia y responsabilidad para que sus ejecuciones se conviertan en un ejercicio legítimo de las organizaciones de proyectarse positivamente y fortalecer las relaciones con sus públicos, si intentar de manera inescrupulosa y antiética manipular la opinión pública.

Poseer la licencia de relacionista garantiza que la persona que ejerce la profesión cumple con los requisitos de la Ley 204-2008, que incluye tener una formación académica formal, cumplir con horas contacto de educación continuada así como conocimiento sobre el Código de Ética que rige a quienes se desempeñan como relacionistas.  La Ley establece que el título de licenciado en relaciones públicas o cualquier otro que tienda a indicar lo mismo debe poseer una licencia de relacionista activa.

De la misma forma en que nos preocupamos porque los trabajos de electricidad los realice un perito electricista con licencia, que acudimos a médicos licenciados, que nos preocupamos que las planillas las llene un contador público autorizado, de igual forma debemos asegurarnos que los esfuerzos de comunicación sean ejecutados por un relacionista licenciado.  Esa licencia es la garantía de que su empresa, producto o marca está en las manos correctas.

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