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El gobierno tiene una segunda oportunidad

Por:​Aracelys Otero Torres
​Relacionista Lic R 53

Una vez más está en manos del gobierno la vida o muerte de los puertorriqueños. En esta ocasión con el manejo de las vacunas contra el Covid 19.   Serán las mismas agencias gubernamentales que manejaron los suministros en medio de los huracanes Irma y María, los responsables de administrar la distribución de éstas. Serán responsables los mismos que manejaron la compra de las pruebas de Covid y que invirtieron millones de dólares, que al final del camino quedaron en nada. 

​Ahora la pandemia, les ofrece una segunda oportunidad. El mayor reto que tiene el gobierno es recobrar la confianza de los ciudadanos quienes desconfían tanto de las agencias como de sus líderes.  Son esos ciudadanos quienes viven angustiados, preocupados por su salud y la de sus familiares.  Son esos ciudadanos los que viven encerrados bajo Ordenes Ejecutivas que son confusas, que son contradictorias y que, aunque pueden ser interpretadas como que tienen un buen fin, al final del camino no evidencian los adelantos alcanzados.  Esos ciudadanos están en la espera de ver una acción efectiva en beneficio de ellos.

El país está esperanzado en recibir esas vacunas para que sus vidas regresen a la normalidad.  Que podamos abrazarnos, compartir en familia, despedir a los que fallecen, vivir momentos inolvidables juntos, sin el acecho constante de un virus invisible que al parecer quiere permanecer entre nosotros.

Son los gobiernos los llamados a garantizar mejores oportunidades, a velar por la salud, la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos.  Esta segunda oportunidad le brinda al gobierno de turno así como al entrante, el espacio para hacer las cosas bien.  Este es el momento para demostrar que son transparentes, honestos y que para ellos la prioridad es el bienestar del país. Que los errores cometidos son cosas del pasado y son la base para que ahora los mensajes ofrecidos sean cónsonos con las acciones ejecutadas.

El gobierno tiene la responsabilidad de devolverle a los ciudadanos la paz que tanto anhelan para continuar con sus vidas cotidianas.  Esperemos, pues, que para esta ocasión las prioridades estén a la altura de los tiempos y que pronto nuestro país viva con la confianza, tranquilad y seguridad que merecen.  Solo la historia evidenciará el desenlace de esta segunda oportunidad.

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