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Al acabarse el año

Por: Luis Ibrahyn Casiano 

Al acabarse el año, muchos(as) hacen sus resoluciones de año nuevo con el fin de tener un bosquejo de lo que se desea alcanzar a partir del día primero.  Sin embargo, casi nadie añade en su lista de cosas “esenciales” el desarrollo de su militancia social y de su lucha política.  Tal vez, porque los medios solo se empeñan en decirnos gasta, compra y consume como si la felicidad solo dependiera de tener y tener.  Muchos sueñan con ponerse esbeltos, otros con cambiar el carro e ir de crucero, y si lo vemos desde el plano individual no está mal.  Pero si profundizamos, de seguro encontraremos la superficialidad de esas resoluciones en el enajenamiento colectivo en que vive nuestra sociedad, siendo estos solo los atributos imperantes para la felicidad individual. 

Sé que muchos quisiéramos tener y disfrutar muchas de esas vanidades, pero el precio de ignorar nuestra realidad política nos sale más caro y nos limita.  El vivir en un país donde encontrar trabajo es difícil, y más si son trabajos bien remunerados, y en que se respete y se valore al trabajador.  Donde el deterioro moral, la falta de oportunidades y de accesibilidad a las cosas básicas como derecho, son cada día más difíciles de conseguir, que la figura tonificada y esbelta para aquel que le gusta los postres.  Y más difícil que ahorrar para el crucero o para cambiar el carro, cuando pagar únicamente las deudas es el resultado del sudor de nuestra frente, dejando en evidencia que hay que cambiar de táctica para el logro de nuestras metas.  Tácticas que nos muevan a tener lo esencial para la sustentabilidad personal y familiar, para hacer que nuestro entorno sea uno donde podamos respirar paz y hacer lo que más nos guste sin estar asteados y con temor. 

Para despedir un año nefasto y comenzar el próximo mejor, nuestra primera resolución debe ser abonar al cambio colectivo del país, que a su vez nos garantizará cultivar nuestra propia felicidad.  Lanzarse a la lucha sin temor, organizarse y participar activamente de la política conscientemente fuera de las estructuras “dominantes” nos enseñará que hay mucho que conquistar fuera de los gustitos con los que soñamos despiertos todas las noches.  Combatir la marginación y los daños al medio ambiente, el desmantelamiento de nuestro sistema educativo y de salud, el deshacernos de los estereotipos y estigmas que nos separan; debe ser parte de nuestra imperativa lista de cosas.  Tener y heredarles una Patria nueva a las futuras generaciones debe ser el incentivo moral que nos haga comenzar el 2021 con valor y esperanza; para así darle continuidad al proyecto de País que comenzamos a consolidar hace un tiempo.  Pensar en que podemos lograr más juntos(as) que de forma individualista es garantizarnos una fiesta de vida, donde el compartir sea una expresión sincera, solidaria y con el corazón.  Sencillamente hay cosas más valiosas por las que luchar.  Sencillamente, hay aspectos más valiosos que debemos incluir en nuestra lista.  Te invito a que analices tus deseos y pongas entre ellos, luchar por la equidad, la Patria y la libertad. 

*Columna publicada anteriormente, adaptada en 2020 

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