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La democracia es un verbo

Por: Dr. Howard Caro-López

Confieso de antemano que el título de esta columna no es original de mi parte, sino una expresión que tomé prestado de la periodista Maria Hinojosa, que fue su respuesta cuando le preguntaron sobre lo que aprendió de las elecciones del 2020 en los Estados Unidos (EE.UU.).Cuando leí su respuesta a dicha pregunta, que fue también en reacción a los esfuerzos de Donald Trump y sus devotos de impugnar y hasta frenar el resultado del voto en varios estados alegando un fraude electoral (que hasta el momento no ha producido evidencia alguna del mismo), me hizo recordar que Hinojosa está en lo correcto en su aseveración.

La situación tétrica por la que está pasando los EE.UU. con el resultado de las elecciones presidenciales ha causado consternación de muchos politólogos sobre el estado de la democracia en el país, ya que las acciones de Trump atentan contra el proceso electoral. A pesar de que ya parece que veremos una transición oficial hacia una nueva administración presidencial, las demandas y campaña de deslegitimar el resultado por Trump han persuadido a muchos electores republicanos rechazar los procesos democráticos.

Puerto Rico se encuentra en una encrucijada similar, aunque de carácter algo distinto, con la controversia sobre los cientos de maletines con papeletas “descubiertas” que no se contaron el 3 de noviembre. La cantidad de papeletas que quedaron sin contar no solo han desatado un debate sobre la razón por la cual no fueron incluidos en el conteo original, sino que también
ha añadido tensión e incertidumbre sobre el escrutinio final del voto, y quién será declarado el ganador en varias contiendas.

Estos dos escenarios nos obligan a examinar con más detalle qué es lo que realmente significa el concepto de la democracia. Si la gente va perdiendo confianza en el voto como una expresión legítima de la voluntad del pueblo y si el voto se puede manipular o subvertir, realmente podemos decir que el derecho al voto refleja una sociedad democrática.

Los estudios sobre la democracia reafirman que es una acción. El francés Alexis de Tocqueville, cuando viajó a los EE.UU. para estudiar la sociedad del país en el siglo XIX, planteó que el éxito democrático del nuevo país independiente se debía a la participación cívica en las comunidades locales, que inculca en la ciudadanía una cultura de deliberación y gobernanza por consenso. Otros catedráticos estadounidenses del último medio siglo también encontraron que la participación cívica es un factor esencial para una democracia efectiva que refleja el consenso de los pueblos gobernados.

Sin embargo, muchos de estos estudios ignoran la realidad histórica del país, donde el proceso democrático excluye por siglos a personas esclavizadas, mujeres, pueblos indígenas e incluso personas que no poseían una propiedad. Y fuera de los EEUU y países de Europa Occidental, aun cuando los líderes se eligen por voto popular, muchos de estos llamados países democráticos limitaban quien se podía postular y los procesos electorales se manipulan por los líderes en poder. ¿Cómo entender estas diferencias o contradicciones en cómo se practica la “democracia?”

La razón por esto, según el académico Michael Saward, se debe a como entendemos cómo se define la democracia. En vez de mirarlo como una institución o forma de gobierno, Saward dice que la democracia es más bien un ideal que va cambiando con el tiempo y contexto social. Si bien es cierto que en el siglo XIX la democracia en los EE.UU. era un idea que solo incluía hombres blancos de clase media y alta, con el pasar de tiempo cambió para incluir mujeres, afroamericanos y personas indígenas, entre otros. Y si la definición original de la democracia se basaba en elegir representantes por voto, hoy en día se entiende que no se trata solo de tener un proceso de votación, sino también de eliminar las barreras que impiden que todos los ciudadanos puedan votar, sean económicas, educativas o por otros factores sociales.

Es por esta razón que concuerdo con lo que dice María Hinojosa. La democracia es un concepto que evoluciona con el tiempo, y solo en la medida que los miembros de una comunidad comparten el mismo ideal de lo que significa la democracia. Si tanto en Puerto Rico como en los EE.UU. se cuestiona el proceso democrático en su versión actual, tal vez eso indica que el consenso sobre lo que significa la democracia está cambiando una vez más, como en otros momentos en la historia. Y si es así, para nosotros que creemos en democracia como un proceso que refleja el consenso de todos, es imperativo que no solo fomentemos ese diálogo público sobre la democracia que queremos, para que nuestra democracia sea verdaderamente incluyente.

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