Por: Dr. Howard Caro Lopez
A solo días de las elecciones generales he estado reflexionando sobre la coyuntura en la que se encuentra nuestro pueblo, y lo que estas elecciones auguran para el futuro. Los eventos dramáticos por los que ha pasado el pueblo puertorriqueño durante este último cuatrienio ubican a Puerto Rico en el precipicio de un posible cambio paradigmático en nuestras estructuras políticas, aunque aún no está claro cuánto tomará este cambio y que forma tendrá.
Lo único que podemos decir con bastante certeza a estas alturas es que por segunda elección consecutiva Puerto Rico tendrá otro gobierno elegido sin un mandato claro del pueblo, ya que todas las encuestas indican que el candidato elegido ganará con un nivel de apoyo por debajo del 50 por ciento del electorado. Esto da evidencia de que un porcentaje significante de los puertorriqueños no confían en el liderato de los dos partidos principales, y más si también se da un alto nivel de ausentismo electoral este próximo martes. El apetito por una nueva visión de liderato, es cada vez más palpable y hemos visto al menos tres candidatos que intentan romper con el status quo político de ya más de medio siglo. ¿Si es así la situación, hay una visión clara para adelantar el cambio que muchos ansían y que atienda las prioridades de la isla?
Los retos principales que Puerto Rico ha enfrentado en la última década- fenómenos catastróficos naturales (a la cual podemos agregar el intenso calor que se da ahora), inseguridad alimentaria, la escasez de oportunidades económicas, la crisis energética, la seguridad pública- lo que cumulativamente ha fomentado la migración de cientos de miles a lugares fuera del archipiélago, indican que hace falta una visión holística para guiar la política de gobierno. Una que incluye la descolonización, pero que mira más allá del estatus y que atiende las prioridades básicas de todos los puertorriqueños.
Dicha visión abarcadora, a mi juicio, se concentra en atender la crisis más fundamental para la humanidad entera, la del cambio climático. El aumento de temperaturas globales a causa de gases invernaderos; la deforestación acelerada a través del mundo entero; y la proliferación de basura no biodegradable han aportado o exacerbado los problemas que mencione anteriormente. Estos reducen dramáticamente el acceso a terrenos y agua potable, y aportan a la contaminación ambiental. Más allá de esto está también la crisis que se avecina con el alza en los niveles del mar que amenazan con dejar gran parte de la isla bajo agua dentro de menos de medio siglo. Todo esto incumbe además en nuestra capacidad de atender otros asuntos universales para la gente como la actividad económica, la salud y la educación, y que acelerará la migración de muchos jóvenes en busca de mejores condiciones de vida.
Los candidatos a la gobernación tocan el tema del medio ambiente y el cambio climático dentro de sus programas de gobierno- unos de forma más abarcadora que otros. La plataforma del Partido Nuevo Progresista (PNP) enfatiza mejorar la reglamentación, la creación de comités, mejorar el manejo de desperdicios y compromisos ambiguos para expandir la energía renovable. El PPD, por su parte, dice poco de atacar los gases invernaderos y enfatiza estudios ambientales, aunque van más allá que el PNP en darle prioridad a la soberanía alimentaria. Las propuestas del MVC son más abarcadoras, al no solo abogar por la soberanía alimentaria, energía renovable y manejo de desperdicios más sustentable, sino también fomentar la biodiversidad y la educación ambiental. La plataforma del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) es tal vez la más comprehensiva, ya que no sólo articula las mismas propuestas del MVC, sino que también presenta propuestas para una infraestructura verde, que fomenta la construcción de viviendas, corredores ecológicos, sistemas de transporte y programas educativos y capacitación laboral basados en crear un medio ambiente más sostenible en Puerto Rico.
Atender la crisis del medio ambiente no es sólo un imperativo para nuestro bienestar colectivo como pueblo, sino que también representa una oportunidad para imaginar un Puerto Rico diferente, con una visión social, económica y política basada en la naturaleza como el eje de una sociedad segura, próspera y sostenible. Los movimientos políticos que buscan cambiar el paradigma actual, tanto en Puerto Rico como en otros lugares (veamos por ejemplo la propuesta para un Trato Nuevo Verde articulado por sectores progresistas del Partido Demócrata en los EEUU), parecen entender que este es parte de cómo se articula una visión para un Puerto Rico diferente, junto con la capacidad de tomar decisiones de forma soberana y transparente. Cuando vayamos a los colegios electorales este próximo martes, tomaremos tiempo para pensar quien presenta una visión holística para proteger y levantar nuestro pueblo y lo que realmente representa el cambio fundamental que muchos andan en busca.