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La Tolerancia Social

Por: Lcdo. Gerardo Cruz Maldonado

La “tolerancia” y el “respeto” son dos de los más preciados valores con los que la sociedad cuenta para mantener un alto nivel de civilización en la democracia moderna.  De nada nos sirve, insertar nuevas preocupaciones o temas sociales para atender viejos problemas sin resolver, si el individuo carece de tolerancia o respeto por las ideas de los demás.

Los temas y formas de manejar los temas de campaña política del sigo XXI son absolutamente diferentes a los de la década de los 80 y 90 cuando el registro y participación electoral estaban en su mejor momento.  El mensaje en aquellos días dependía muchísimo de los pasquines, caravanas, “tumba-cocos”, grandes caminatas, “encuentros” y mítines regionales.  Todo aquello es cosa del pasado.  

El descenso del registro electoral a partir del 2010, el desencanto con los partidos políticos, la llegada y maximización de las redes sociales, la proliferación de programas de análisis social y político en medios de comunicación y la globalización del conocimiento, entre otros, forzaron a la sociedad puertorriqueña a introducir nuevos elementos de discusión pública en las campañas políticas, como lo son el tema del uso del “cannabis medicinal”, “empoderamiento” “violencia de género”, la “equidad y perspectiva de género” o si somos o no una colonia, entre tantos otros.  A decir verdad, no tengo problemas con ello.  Como sociedad no tenemos por qué anquilosarnos. 

El problema surge cuando ocurre un choque de ideas y la manera en que exponemos las diferencias.  En el siglo pasado, los políticos resolvían sus diferencias en las tarimas o en sus debates.  Hoy, la nueva generación de políticos tiene como arma principal las redes sociales para provocar una serie de reacciones que en ocasiones se sale de control demostrando la pérdida de dos grandes valores sociales.

La actitud de respeto se basa en el valor que tienen las personas por las opiniones y pensamientos de los demás.  Cuando actuamos con respeto, lo hacemos porque hemos analizado y entendido que las demás personas tienen motivos válidos para pensar de una manera diferente.  La persona tolerante acepta opiniones o comportamientos diferentes a los establecidos por su entorno social o por sus principios morales. Este tipo de tolerancia se llama tolerancia social.

Todos ganaremos si nos movemos a los temas del nuevo siglo con miras a resolver asuntos que debemos superar sin mayor dilación.  Habremos perdido si no tenemos tolerancia social o respeto cuando vejamos a aquel con quien no piensa igual, con quien no comparte los mismos gustos o intereses, o con aquel que es diferente o ha decidido diferenciarse de nosotros. 

Respetar la diversidad de ideas, opiniones y maneras de ser, es un valor supremo en las sociedades modernas que aspiran a ser justas y a garantizar una sana convivencia. Podemos utilizar lo que queda de campaña política para medir nuestro nivel de tolerancia social y saber si al final hemos ganado como pueblo.

El 16 de noviembre fue instituido por la ONU como el Día Internacional de la Tolerancia.  Tenemos un reto por delante.

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