|
Por: Lolimar Gómez Torres
Un caos.. esa la palabra que mejor describe la crisis que vivimos a nivel gubernamental en tiempos de pandemia. Tal parece que la dolorosa y letal consigna del gobierno de Puerto Rico sigue siendo “Sálvese quien pueda”. Mientras todos los indicadores establecen un aparatoso aumento no solo en los contagios sino en las muertes. Incremento que se ha hecho presente desde la reapertura decretada por el gobierno.
El panorama es poco alentador, mientras algunos candidatos políticos utilizan el COVID para adelantar su campaña política, el pueblo continúa sumergido en una crisis sin precedentes. Miles de negocios han cerrado sus puertas, miles de trabajadores se quedaron sin empleos y con un futuro incierto. A esto se le suma el ineficiente servicio en el Departamento del Trabajo, donde aún miles de personas permanecen sin recibir un solo centavo del beneficio del desempleo. La situación ha llegado a tal grado que ante la inacción del gobierno para hacerle frente al alza en los contagios, los propios alcaldes han tenido que crear sus propias “órdenes ejecutivas” en sus municipios y hacerlas cumplir para de alguna manera detener los contagios del COVID.
Como si fuera poco, a todo esto se le añade el aparente contubernio de las líneas aéreas con la industria hotelera y turística del gobierno en establecer tarifas de pasajes con precios “que rayan en lo ridículo”, lo que luce muy atractivo para el pasajero posiblemente infectado y que intente entrar a Puerto Rico. No es casualidad que en estos momentos el precio de los pasajes esté muy por debajo del precio normal para la temporada.
En cuanto a los hospitales, los ingresos por COVID continúan avanzando, lo que pone en riesgo la capacidad de las instituciones para atender los contagiados.
En conclusión continuamos inmersos en una crisis nunca antes vista, con el agravante que los líderes que se suponen estén al mando de nuestro País continúan tomando desiciones “desacertadas” y dando “palos a ciegas”.