Voz Oeste

Patriotas o leales

La semana pasada celebramos la historia independentista de Estados Unidos.  Así como otros países, Estados Unidos ha luchado por su libertad e independencia.  Defendiendo así su derecho de autogobernarse y protegerse ante cualquier foráneo opresor.

Sin embargo, no siempre fue así.  La revolución americana engendró a dos tipos de ciudadanos: los patriotas y los leales.  Washington, Hamilton, Jefferson, Adams, y otros fueron patriotas.  Éstos defendieron con sus voces y armas la lucha independentista de Estados Unidos.  Éstos creyeron en su libertad nacional que como país tienen ante el mundo—un derecho inalienable. Es así como, con sus voces, puños y balas, los patriotas batallaron con su vida contra del amo británico; un foráneo opresor.

Mientras, los leales antagonizaron el trabajo de los patriotas.  Éstos mantuvieron su lealtad ante el amo británico.  Ellos querían unirse al amo británico, imitarlo y  adorarlo .  Dependían de un amo que los oprimía y ultrajaba social, política y económicamente.

 Con visión, los patriotas observaron el futuro, aceptaron su evidente verdad de que todas las personas son creadas iguales, ya que el amo creaba leyes sin su consentimiento.  Les impedía aprobar y ejecutar las medidas propias y necesarias para su gobierno.  Por ejemplo, les impedía el comercio con otros países, la administración judicial, y transportaba a ciudadanos americanos al país del amo para juzgarlos. También, les impedía la representación local en los procesos administrativos del amo, y con una pluma invalidaba las leyes de gobierno local.  Cansados de cabildear e intentar cambios políticos, los patriotas declararon su independencia.  Una acción común para los países libres.

Puerto Rico también tiene patriotas, pero el amo nos obliga a estudiar a Washington, Hamilton, Jefferson y el 4 de julio mientras nos borra la memoria de Ramón Emeterio Betances, Eugenio María de Hostos, Pedro Albizu Campos, Segundo Ruiz Belvis, El Gran Cacique Agüeybana, El Grito de Lares, La Intentona de Yauco y La Masacre de Ponce.  

También, el amo nos impone leyes sin nuestro consentimiento e interfiere en nuestros procesos legislativos, judiciales y ejecutivos, ya que son procesos inferiores para él. Al obstruir nuestros procesos gubernamentales, el amo mantiene su control político sobre Puerto Rico.

Para los patriotas que luchan por la libertad de sus países, la injusticia no es indiferente y la muerte no los encontrará sin haber hecho lo suficiente.

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