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A raíz de las medidas adoptadas por empresas, gobiernos y entidades para evitar el contagio del coronavirus, el uso de la tecnología se ha convertido en un arma poderosa y vital para combatir esta pandemia.
“Paralelo al avance de la enfermedad y el uso excesivo de la tecnología, surge el concepto “infodemia”, que es una epidemia nociva, generada durante tiempos de brote, como lo es el coronavirus. La misma consiste en difundir noticias falsas o maliciosas para aumentar el pánico o la angustia en las sociedades”, explicó la trabajadora social Zuleyka Jiménez Cardona.
La fundadora de la iniciativa “La Ansiedad PR” indicó que, “este fenómeno tiene un efecto que provoca que las personas comiencen a frecuentar con mayor demanda los comercios, ya que están desesperados y temerosos por lograr acceso a esos recursos de primera necesidad que le hacen sentir seguridad”.
“Gran parte de los seres humanos tienen acceso a la tecnología, comenzando desde los niños pequeños hasta los adultos mayores. La distracción menos exigente en este tiempo de pandemia es provista por los recursos tecnológicos. Por esta razón, entiendo que la infodemia, será uno de los aspectos que afectará la salud mental tanto en el presente como en el futuro”, señaló.
Como parte de los efectos futuros de la “infodemia” en la salud mental, Jiménez Cardona, mencionó que vamos a comenzar apreciar personas con síntomas de ansiedad como: temor, preocupación excesiva, frustración, tensión muscular y aumento en la incertidumbre.
Un informe realizado por Social Asturias y dirigido por los doctores Javier Naveiras, Paula Flores y María Isabel Fernández, reveló que el grado de ansiedad que sienten los usuarios depende de las horas de uso y que existe relación entre los problemas para conciliar el sueño y utilizar el móvil antes de dormir.
Del mismo modo, el informe reveló que el uso excesivo del teléfono celular y las redes sociales tienen una asociación con la ansiedad, ya que al estar expuestos por largos periodos, las personas pueden presentar cambios en el estado de ánimo, los cuales pueden conducir a la dependencia y generar dificultades a la hora de dormir.
Por esta razón, la trabajadora social recomendó que para mantener control sobre el uso de la tecnología es importante que las personas sean consistentes, tengan balance y la intención de hacer un cambio. “Esto se puede lograr implantando periodos de 20 minutos donde se separen de los equipos tecnológicos, fijar patrones de tiempo para ver las redes sociales y hacer uso de aplicaciones que ayudan a crear conciencia del tiempo que pasamos en el teléfono”, dijo.