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Voluntariado en Vega Alta le añade un delicioso sabor a las iniciativas sociales en medio de la pandemia

Madrugaron porque quisieron, porque la misión del día era de gran importancia: darle de comer a los que tienen limitados los alimentos en sus casas o que simplemente no tienen dinero para comprar más. También están en lista varias personas en edad avanzda y familias con niños que desde el cierre de las escuelas por la cuarentena, ya no tienen el desayuno y almuerzo que les sostiene. El lugar de reunión en una cocina-comedor bien equipada que está ubicada en una antigua escuela en desuso administrada por el Municipio de Vega Alta. 

Allí, Carlos A. Rodríguez, director de la organización HappyNPO.com y parte de los voluntarios, explica que su fundación originalmente se dedicaba a arreglar casitas para madres solteras y personas en edad avanzada, “pero desde la crisis del coronavirus (al no poder trabajar construcción), comenzamos a  escuchar de la necesidad de muchas de las familias a las que hemos asistido en el pasado, y casi todos nos pedían comidas. Y aquí estamos manos a la obra”.

En medio del fragor natural de la cocina, la chef Carmen Concepción, reconocida en Vega Alta como ser la maestra de muchísimas personas en las clases de cocina criolla y respostería que el Municipio de Vega Alta provee para sus ciudadanos, imparte instrucciones a una decena de voluntarios, hombres y mujeres de todas las edades que prepararán centenares de almuerzos para distribuir entre las familias, iglesias y empleados municipales que distribuyen además los almuerzos que prepara Comedores Escolares para niños y adolescentes. 

“Hoy estamos trabajando ensalada de repollo, pollo guisado con papitas y zanahorias y arroz blanco. Tan pronto la comida está lista, tenemos los envases y se va empacando todo bien calientito para la entrega. Con mucho sabor criollo y la bendición de todos nosotros”. Concepción sabe del tema, pues lleva años dando clases en Dorado, Vega Alta y Morovis. 

Por otro lado, la dinámica que añade Rodríguez es sencilla y efectiva. “El municipio de Vega Alta nos presta el comedor y nuestra fundación pone los fondos para la comida. A eso le sumamos un grupo de voluntarios nos ayudan a preparar y distribuir los alimentos y el equipo es todo un éxito”. Finalmente, el alcalde Oscar ‘Can’ Santiago Martínez agradeció el tiempo e iniciativa de los participantes. “Son tantas las instancias en las que las organizaciones sin fines de lucro e iglesias cooperan con los gobiernos y las comunidades y hoy estamos experimentando el resultado de dichos esfuerzos”.

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